De un tiempo a esta parte, la Real Sociedad ha logrado plantar más que cara al Athletic. Le ha hablado de tú a tú y algo más. Ha sabido crear un proyecto deportivo competitivo y, lo más importante, competente.
Competente, porque ya no hay fugas hacia el oeste. Desde que en 2009 Díaz de Cerio y Xabi Castillo cruzasen la A-8, ningún jugador 'txuri urdin' ha sentido necesidad de aceptar las ofertas rojiblancas.
Y no será porque el Athletic no lo ha intentado. Pero una y otra vez ha recibido un 'no' por respuesta. La generosa oferta salarial del club bilbaíno no ha convencido a los blanquiazules. Si buscan dar un salto cualitativo, lo encuentran en otros equipos, no en el Athletic.
El Athletic lo niega. Siempre lo negará. Sólo admitirá que ha ido a por un jugador de la Real cuando éste haya aceptado. Su autoimpuesta limitación de fichar sólo futbolistas vascos a veces pesa demasiado, pero el orgullo impide reconocer que a veces toca buscar en el trastero del gran rival.
El Athletic se jacta de su cantera, pero no son pocas las ocasiones en las que prefiere remover las ajenas a fabricar sus propios talentos.
La amenaza del Athletic no desaparecerá pese a tantas negativas seguidas, pero la Real no debe relajarse. Si quiere seguir evitando el éxodo de jugadores hacia Bilbao debe seguir en esta línea.