Tras la sólida imagen mostrada después del naufragio en el Parque de los Príncipes, el Real Madrid volvió a tropezar con la misma piedra esta semana frente al Brujas.
El sorprendente 2-2 dejó al cuadro blanco en una situación complicada en Europa y cuestionados a varios de los jugadores que disputaron dicho encuentro.
Ante el equipo belga, Zinedine Zidane confío en su guardia pretoriana, aquella que le llevó a ganar tres Champions consceutivas. Y le falló.
Tal y como indica 'Marca', el descontento de 'Zizou' tras el choque era evidente y, de cara a futuros compromisos como el de este fin de semana ante el Granada, el galo dio un toque de atención a sus jugadores.
Zidane recordó a sus futbolistas la exigencia que supone cada partido del equipo 'merengue' y dejó bien claro el nivel mental y físico que se requiere.
Un mensaje que viene a indicar que, pese a su confianza en la columna vertebral del equipo, el francés no se casa con nadie y las decisiones podrían llegar. Y todo ello con la posibilidad de reforzar el equipo en invierno ganando cada vez más fuerza.