En el minuto 37 del partido, Eric Molloy, de cabeza, consiguió lo que nadie había hecho desde el pasado 13 de enero. 15 encuentros oficiales después, tuvo que volver a agacharse en su portería. 

Y no solo uno, encajó un par de tantos que supusieron la eliminación de la Champions oceánico, en la que el Auckland iba camino de conseguir su octavo título consecutivo. Y, lo peor aún: la posibilidad de disputar el próximo Mundial de Clubes.

En 1.405 minutos queda una nueva racha para la posterior que otro guardameta tendrá difícil igual. Eso sí, no es la más duradera, pues otros tres colegas habían conseguido un mérito mayor.

El meta brasileño del Vasco da Gama Mazzaropi llegó a apilar 1.816 minutos, por los 1.442 del egipcio Thabet El-Batal (National SC Cairo) y los 1.453 del kuwaití Nawaf Al-Khalidi (Al-Qadsia).