No pasó miedo el Atlético de Madrid, que venció al Lokomotiv con fútbol y, por fin, goles. Uno de ellos de penalti, a la segunda después de que Trippier se encontrara con el salto para adelante de Kochenkov, su mano y el palo. Felipe le puso lazo al envoltorio negado para Morata, al que le anularon una diana, aunque de paso firmó un récord. Dentro de la caja, el pase a octavos.
El Atlético hizo lo que debía, y fue ahogar a un Lokomotiv que apenas se asomó a la meta de Oblak, todo un espectador. Buen trabajo de Morata, Joao Félix y de todos, en general. Sin un juego de diamante, el conjunto rojiblanco jugó para ganar bien. A veces eso basta.
Los de Simeone gobernaron de principio y fin, y sólo bajaron el pistón cuando ya se veían ganadores. Un empate habría podido complicar el pase, también una derrota, aunque la Juve hizo su trabajo. El Atlético, en cualquier caso, cumplió el guion exigido.
Con un Joao Félix muy activo, Koke y Thomas al mando de las operaciones y buena circulación de balón, Morata abriendo espacios y Trippier surtiendo, el Lokomotiv ni la olió. No es extraño que no llegara ni el primer minuto de partido y Kochenkov metiera las manos en las piernas del pequeño portugués. Lo tiró Trippier, sin demasiado acierto, tampoco de un Viktor Kassai que no mandó a repetir la pena máxima a pesar del evidente adelantamiento del meta.
El Atleti puso la directa y el segundo penalti por mano, esta vez muy rigurosa aun siendo revisada por VAR, no tardó en llegar. Joao Félix no falló. Morata hizo otro en el minuto 26, pero el VAR detectó que un pie suyo estaba en zona antirreglamentaria.
El último acercamiento ruso en la primera mitad fue un intento de centro de Eder en el minuto 44, muy alejado de la meta de Obñak. El Atleti mandaba y se gustaba, aunque la tranquilidad tardó en llegar a pesar de las galopadas de Joao Félix y los bombazos de Thomas.
Córner en corto, centro medido de Koke y remate de Felipe. El pase a octavos ya estaba hecho. El Lokomotiv se animó en los últimos minutos, sin ninguna fe, dinamitadas todas sus opciones europeas. El Atleti está donde debe otro año más. No hubo un Qarabag 2.0, para alivio de Simeone.