58 años de la primera final europea que perdió el Madrid

El Madrid se había acostumbrado a las mieles del éxito. Era un rodillo imparable, que había ganado las cinco primeras ediciones de la Copa de Europa. La sexta se la amargó el Barcelona, y la séptima, el Benfica, en la final.
El Real Madrid es un equipo ganador de finales. Su tasa de éxito en finales a partido único es demoledora, y el Benfica es de los pocos en poder presumir de haberle ganado una a los blancos.
Ocurrió un 2 de mayo, pero de 1962. El Madrid volvía a la final de la Copa de Europa, tras haber ganado cinco de las seis últimas. Enfrente, el vigente campeón, un Benfica que el año anterior había ganado a al verdugo de los blancos en ese torneo, el Barcelona.
Aquel día fue inolvidable en Ámsterdam. Por un lado se celebraban las bodas de plata de la entonces reina de los Países Bajos, Juliana. La pompa y gala de aquel cónclave de las familias reales europeas se complementó con la disputa de la séptima final de la Copa de Europa.
Se medían el gran dominador del torneo y el aspirante, el vigente campeón. El Real Madrid de las cinco Copas de Europa y el Benfica de Bela Guttman y Eusébio.
El partido comenzó muy bien para el Madrid. A los 23 minutos, los blancos ganaban 0-2 gracias al doblete de Puskás. El Benfica empató a dos poco después (José Águas y Cavém), y Puskás volvió a poner por delante a los blancos antes del descanso.
Sin embargo, en la segunda parte todo cambió. El Real Madrid se hundió, y el Benfica, comandado por el inolvidable Eusébio, aplicó un severo correctivo al rey de copas. Mário Coluna igualó el partido a tres en el 50', y Eusébio, con un doblete en seis minutos, sentenció la final.
Se confirmó el traspaso de poderes. El Benfica era el nuevo dominador del panorama europeo. La época dorada del Real Madrid tocó a su fin, y tuvo que esperar a 1966 para volver a hacerse con el trofeo. No volvería a hacerlo hasta 1997.
Pero la etapa estelar del Benfica duró poco. Bela Guttmann abandonó el banquillo lisboeta, no sin antes castigar al equipo con una maldición que a día de hoy sigue sin levantarse: no volvió a ganar una final europea, comenzando por la de 1963, año en el que el Milan ganó su primera Copa de Europa.
El Madrid, por su parte, volvió a una final en 1964, para caer 3-1 ante el Inter de Milán. En 1965 serían los 'nerazzurri' quien cumpliesen de nuevo con la maldición de Guttmann, ganando en la final al Benfica.