El Valladolid volvió al trabajo tras varias semanas de parón. Sus futbolistas se ejercitaron en sus respectivos domicilios o, como en el caso de Ben Arfa, en la residencia de jóvenes jugadores del club. Y su estancia ahí le ha sentado a las mil maravillas.
Ben Arfa tuvo que abandonar el hotel en el que se alojaba a causa de la pandemia del coronavirus, cuando este se vio obligado a cerrar. El Valladolid le realojó en la residencia de jóvenes futbolistas, donde coincidió con únicamente dos jugadores, los ghaneses de la cantera Amoah y Asamoah.
Y así ha estado Ben Arfa las últimas semanas. Y todo ello, en medio del Ramadán, el cual Ben Arfa cumple como buen musulmán, recuerda el diario 'AS'.
El francotunecino volvió a los entrenamientos con sus compañeros esta semana, pero se le ha visto en forma. Viendo cómo llegó al club en enero, muchos esperaban verle pasado de kilos, pero ha sido todo lo contrario.
Está fino, ágil, en forma, en definitiva. Lo que se espera de un futbolista profesional, vamos. Tiene un mes para convencer a Sergio de que debe contar con él para amarrar la permanencia, y once jornadas para hacer lo propio con el Pucela para que apueste una temporada más por él.