El Bayern derrotó en casa al Eintracht para pasar a la final de la Copa Alemana, pero no todo fue fútbol en el Allianz Arena. Cayó alguna que otra tarascada, polémica y, de paso, pisotón. Los protagonistas de los momentos de más tensión fueron Kimmich, Abraham, Thiago, Hinteregger y Lucas Hernández.
Lo primero, el pisotón. Cuando Kimmich estaba en el suelo después de pelear por una pelota, Abraham le pasó por encima dejándole un recadito: sus tacos en la cabeza. El jugador local se levantó y, en unos pocos segundos, la sangre comenzó a brotar de su cabeza.
Lo segundo, la tangana. Iba Thiago controlando la bola cerca de la línea de banda cuando Hinteregger le entró con mucha dureza y se pasó de frenada. Le tiró al suelo con tanta fuerza que lo estampó contra una valla publicitaria y Lucas Hernández -compañero de Thiago- se acercó rápidamente a su rival para pedirle explicaciones.
No lo hizo nada calmado. Se encaró con él mientras los demás futbolistas trataban de separarles y el árbitro, pitando en varias ocasiones, intentaba poner paz. Lo más llamativo de esta escena fue que, como el duelo se dio a puerta cerrada, se pudieron escuchar perfectamente todos los gritos.