Y es que sus actuaciones bajo palos trasladan al aficionado español a un recuerdo no demasiado favorable. En el último Mundial celebrado precisamente en el país del gigante europeo, Rusia y España se enfrentaron en los cuartos de final.
En el Luzhniki de Moscú, Ígor Akinfeev se salió desde el punto de penalti y dejó a España fuera de otra fase final de un Campeonato del Mundo.
En el último partido de Champions de su equipo, el guardameta ruso volvió a reivindicar esa cualidad tan efectiva que muestra en los momentos importantes.
A tres minutos del descanso, el arquero del CSKA salvó a su equipo del 1-1 y dejó el partido con ventaja local.