El último lustro del Barcelona en Champions da para echarse a temblar. Sin tener un balance global ni mucho menos malo, las siete derrotas, su mayoría en eliminatorias, han hecho mucho daño a la entidad. Desde la remontada de la Roma en 2018 hasta la más reciente caída contra el Benfica. En BeSoccer Pro ahondamos en las noches negras del conjunto 'culé' durante este período.
París, Roma, Londres, Berlín... son capitales de Europa donde el Barcelona puso su bandera como mejor equipo del continente. Triunfos con ADN y en las tres últimas, Messi al frente. Había sed de grandeza en la Ciudad Condal. Eran demasiadas pocas en la vitrina para tener entre sus filas al mejor jugador del mundo, seguramente de la historia. Pero en el último lustro, un cambio de tendencia comenzó a resquebrajar el escudo de arriba a abajo. Mucho tuvo que ver el buen hacer que no hubo en los despachos, pero el '10' perdió la sonrisa. A pesar de todo, Leo siempre fue la esperanza para que la ilusión volviera renovada cada verano al Camp Nou. Por mucho que se repitieran derrotas sonrojantes, parecían accidentes. Pero, con su adiós, el accidente se ha convertido en siniestro total.
Esta temporada la angustia ha llegado más pronto que nunca. En la fase de grupos, tras dos derrotas muy dolorosas y sin haber tirado a puerta. En Da Luz, lo más digno que Koeman hubiera podido decir lo dijo Elvira Sastre: "Somos una nostalgia de otros tiempos y otros nombres". Con las horas contadas del técnico y otra noche para el olvido en Champions, BeSoccer Pro repasa los últimos años de los azulgranas en la máxima competición continental.
Desde la temporada 17-18, el Barcelona ha disputado 31 encuentros con un balance de 16 victorias, ocho empates y siete derrotas. Incluso ha llegado a dejar su portería a cero en 12 ocasiones. Números para nada alarmantes si no fuera porque la mayoría de los partidos perdidos fueron en eliminatorias y siempre por goleada. El primer golpe fue en Roma (3-0). Nadie olvida la cara del griego Manolas corriendo como un poseso por la pista de atletismo del Olímpico. Ni él mismo se lo creía. De nada sirvió la renta conseguida en la ida (4-1) para luego sucumbir ante los de Di Francesco.
Misma hoja de ruta a la temporada siguiente. Un Barcelona intratable se hizo muy pequeño a la hora de la verdad, lejos de casa. En la retina del aficionado queda el gol que desperdició Dembélé en el partido de ida, que en el cómputo global hubiera servido para que el equipo jugara la novena final de su historia. A la vuelta, el gol de Origi para certificar la remontada (4-0) resume los fallos groseros que cometió el Barça de Valverde en una noche indecente.
Fue en Lisboa la más sonrojante, la del 2-8 frente al Bayern. La pandemia dejó al planeta fútbol sin público en las gradas y en el país vecino, llegó el silencio sepulcral. El Bayern le pasó por encima y sin piedad una y otra vez. Lo más humillante fue que Coutinho -cedido en Múnich por aquel entonces- hizo los dos últimos goles de la noche. La pasada temporada, todavía sin aficionados, Cristiano Ronaldo y Kylian Mbappé demolieron el Camp Nou a los ojos de un Barça impotente. Primero, la Juventus le robó la primera plaza en la última jornada de la fase de grupos con un contundente 0-3 (doblete del portugués) y en octavos, el Paris Saint-Germain aprovechó la hemorragia para sentenciar la eliminatoria en la ida con un 1-4 (hat-trick del francés).
Sin Messi, este curso, han sido tres goles del Bayern y tres del Benfica. En total, siete derrotas en el último lustro que han hecho mucha sangre en Can Barça. Los rivales han marcado tantos de todos los colores. Cuatro de media, 28 en total y el Barça solo ha podido hacer tres (0.4), de los cuales dos no sirvieron ni para maquillar la derrota más triste. Los números no mienten. En las siete noches negras, el Barcelona recibió de promedio 7.57 tiros a puerta, por los 3.29 que realizó. En total, 15.43 tiros recibidos por 9.71 que se intentaron. Se repite la historia en Lisboa. Cementerio de entrenadores azulgranas. Allí cerró su etapa Quique Setién, el más perdedor de la década, y también podría haber sido la última noche en el banquillo de Ronald Koeman, que suma cuatro derrotas en los últimos cinco partidos en Champions. Podría ser la segunda vez que en da Luz despiden al técnico neerlandés. En 2005 en ese banquillo tampoco terminó bien la cosa.