El Barcelona vivió en Lisboa la que puede ser la última noche de Champions League de Ronald Koeman con el FC Barcelona. La derrota por 3-0 ante el Benfica deja tocado y hundido el proyecto de un neerlandés que está en la cuerda floja.
Tras acabar el duelo, las preguntas para el héroe de Wembley fueron en su mayoría sobre su futuro en la entidad. El ex seleccionador de Países Bajos dejó claro que cuenta con el apoyo del vestuario, aunque duda de la confianza de la directiva.
"¿Mi futuro? No está en mis manos. Solo puedo opinar de mi trabajo con el equipo. Me siento respaldado por mis jugadores y su actitud. No sé si el club también me apoya", comenzó un Koeman que se mostró dolido por el marcador.
"El resultado final es duro de aceptar. No es el resultado que vimos sobre el terreno de juego. A pesar de estar perdiendo rápido, creo que el equipo jugó bien hasta el 2-0. Hemos tenido oportunidades muy claras de marcar. Así cambias un partido. Si ellos marcan en las pocas que llegan y te hacen tres, ahí está la gran diferencia", explicó.
De igual forma, Koeman señaló que el Barcelona ya no es el equipo que antaño dominaba Europa y lanzó un nuevo dardo a la propia entidad. "No voy a discutir el nivel de este equipo. Todo el mundo sabe cuál es el problema del Barça hoy en día. Somos inferiores en velocidad y físico a muchos equipos. No se puede opinar de un equipo que no es el de años pasados. Para mí esto es más claro que el agua", argumentó.
Por último, el neerlandés quiso proteger en parte a su plantilla asumiendo la responsabilidad de lo ocurrido. "Al final el culpable es el entrenador. Creo que durante muchas fases del partido el planteamiento estuvo bien. Entiendo que a partir del 2-0 tuvimos más problemas. Creo que tuvimos oportunidades para marcar dos goles. Hemos sido inferiores en la efectividad, no en el partido", sentenció.