Goleada histórica del Barcelona a un Real Madrid con muy mala dirección desde el banquillo. Timorato en la primera mitad, reaccionó de manera fugaz tras el descanso, pero sólo para maquillar una goleada histórica. Los azulgranas olieron la sangre y machacaron al final.
El Barcelona arrasó en el 'Clásico' a su tocado rival histórico y acabó con la corta etapa de Julen Lopetegui al frente de la nave 'merengue'. El técnico blanco equivocó el planteamiento en la primera parte y reaccionó demasiado tarde. Los últimos minutos, decisivos para plasmar la gran diferencia vista sobre el terreno de juego en el resto del encuentro.
El primer 'Clásico' de la temporada 2018-19 ya forma parte de la historia de los enfrentamientos entre Barcelona y Real Madrid. Se la jugaba Lopetegui y tal vez el hecho de verse en el alambre acabó marcando la actuación de los blancos en la Ciudad Condal. Demasiado defensivos al principio y demasiado suicidas al final, no encontraron el punto medio para hacer frente a un Barcelona que no echó nada de menos a Messi.
Enseguida se vio que el partido iba a ser cómodo para los azulgranas. El Real Madrid le entregó el balón al Barcelona de salida y ni tan siquiera le incomodó, acabando con ese planteamiento con las enormes dudas defensivas mostradas por los de Valverde en lo que va de campaña. Los blancos parecieron más preocupados de no encajar que de tomarle el pulso al partido.
Tan tranquilos se veían los 'culés' con el balón que en la jugada del 1-0 acumularían hasta 30 pases. Una jugada del antiguo Barça que hicieron viajar al futuro Rakitic, Jordi Alba y Coutinho. Tanto el catalán como el brasileño encontraron una autopista en la banda defendida por Nacho y la percutirían de manera constante durante un primer acto en el que sólo existió el Barça. En el gol, el croata encontró la subida del lateral, que llegó hasta el área pequeña y pasó atrás para el remate a placer de Coutinho.
El tanto sí que tiró un poco para arriba al Madrid. Los blancos quisieron dar un paso adelante más por vergüenza torera que porque realmente tuvieran convencimiento en lo que hacían. Sin embargo, la tímida reacción no amilanó al Barcelona, capitaneado de manera espectacular por Busquets y Arthur en la sala de máquinas.
De un nuevo centro desde la izquierda, de Jordi Alba, llegaría el segundo tanto. Buscó un pase al corazón del área el ex internacional español y derribó de manera torpe Varane a Luis Suárez. El francés, que escenificó su pésimo momento de forma y se iría por la puerta de atrás en el descanso, engañaría en la acción a Sánchez Martínez, pero no al VAR. La revisión del colegiado confirmó el penalti y Suárez no perdonó desde los once metros para poner el 2-0.
El choque se movía entonces entre un tercer tanto que encarrilaría la goleada y un 2-1 que abriría de nuevo el encuentro. Y los últimos compases de la primera parte, con la defensa blanca echa un flan, estuvieron más cerca de suponer el tercero para los azulgranas que el tanto de la esperanza para los blancos.
Una reacción irreal
Sabedor de que estaba con los dos pies fuera del Real Madrid, Lopetegui arriesgó al descanso con el cambio del 'tocado' Varane. Entró Lucas, pasó a defender con tres, retrasando a Casemiro, y el equipo blanco fue un conjunto con mucha más fe en lo que hacía.
Pronto, en una superioridad por banda de Lucas e Isco, llegaría el 2-1, anotado por Marcelo, y los blancos se lo llegarían a creer con un remate al palo de Modric que no fue el 2-2 de verdadero milagro. El Barça era entonces el que sufría, mientras los aficionados 'merengues' se preguntaban por qué el Madrid no había tenido ese coraje en la primera parte.
El impulso inicial de los de Lopetegui cada vez era menor y el partido comenzó a romperse. Suárez, de volea, pudo hacer el 3-1, pero también se topó con el palo, y Valverde decidió darle su toque al partido con la entrada de Semedo por un desgastado Rafinha, dando un paso adelante Sergi Roberto.
El choque cambió entonces por completo. El canterano azulgrana aprovecharía las dudas de la defensa de circunstancias del Madrid y le regalaría dos tantos a Suárez, el tercero tras un gran contragolpe y el cuarto después de un error imperdonable de Sergio Ramos cuando era el cierre del equipo. La calidad del uruguayo, disfrazado de Messi durante todo el 'Clásico', hizo el resto.
Los últimos minutos, ya con el 4-1 en el marcador, destaparon aún más las debilidades del Madrid atrás. Los blancos, que para colmo perderían por lesión a Marcelo, tuvieron que soportar al 'antimadridista' Arturo Vidal como último goleador en la 'manita'. Rompió una vez más Dembélé -entró por Coutinho- a Nacho y su centro lo remachó de cabeza a la red el chileno.
En un choque con mucha historia y una goleada para el recuerdo, el Barcelona demostró no tener piedad de un Real Madrid indolente, que volvió a poner de manifiesto que le ha perdido el toque a la Liga, esa que fue su competición fetiche históricamente. Los blancos, novenos, se aferran a un cambio de ciclo en mitad de temporada que ya vivieron en la campaña 2014-15 poco después de un 'Clásico', que también terminó en goleada (0-4) y acabó con el desembarco de Zinedine Zidane en Concha Espina. Es el único consuelo que ahora mismo les puede quedar.