Bale ha completado una de las temporadas más decepcionantes, sino la que más, desde que llegó al Real Madrid. Los motivos: su llamativo comportamiento desde el banquillo, su poco aporte sobre el terreno de juego y, una vez acabada la temporada, su peor cifra de participación desde que tenía 18 años.
Entonces, era la nueva perla del Tottenham Hotspur. Recién llegado del Southampton y todavía como lateral-carrilero, solo saltó al campo en 12 ocasiones. Su entrenador aún le estaba probando a pesar de que ya era induscutible en su ex equipo.
No fue hasta la siguiente campaña cuando se asentó en el primer plantel. Y, desde entonces, no bajó de los 27 encuentros disputados hasta la actualidad, cuando solo ha jugado 20 partidos de los que ha sido titular en 14. Zidane ha ido perdiendo confianza en él.
Para colmo, le espera un mercado de fichajes de lo más movido. Tiene contrato hasta 2022, pero su relación con su entrenador no pasa por su mejor momento y tampoco su rendimiento sobre el verde. Puede que acabe poniendo fin a su aventura en el Real Madrid en cuestión de semanas.