Los partidos de poco lustre son escenarios perfectos para el lucimiento de los actores secundarios. Llegó al Madrid como un galán de primera línea, pero Gareth Bale ha ido perdiendo foco progresivamente. En el Gran Canaria sí quiso el protagonismo.
No se trató de una actuación brillante, pero Bale resultó eficaz y determinante frente a Las Palmas. Anotó el primero, abrochó el partido con el tercero. Bordeó el tercero y disfrutó en el océano que es Las Palmas en defensa. La mala noticia la puso Nacho, quien sufrió la primera lesión de su carrera.
La propuesta de Paco Jémez no está encontrando sentido en el equipo canario porque no le sobra la calidad. El técnico canario se queja una y otra vez, pero Las Palmas sufre graves problemas estructurales. Ante el Madrid se volvió comprobar.
Bale, en su salsa
Entre errores de uno y arreones del otro, el Madrid empaquetó el triunfo ante un UD que sigue oteando lejos el horizonte de la permanencia. No aprovechó el resultado del Levante. Le faltó el ardor mostrado ante el Barça semanas atrás.
Halilovic y Asensio se asomaron a la puerta rival, pero golpeó primero Bale, que convirtió en oro el regalo de Luka Modric en forma de pase milimétrico. Al espacio, como le gustan a los purasangres como Bale: corrió, definió y goleó.
Benzema se sumó a la fiesta desde los once metros. Calleri cumplió una máxima: los delanteros no saben entrar a los rivales. Desbarró encima de Lucas y el delantero francés no falló.
Segunda parte sin historia
La segunda parte fueron historia del bostezo. El Gran Canaria sólo se desperezó ante los fallos de Benzema, un pase comprometido de Keylor que casi acaba en tanto de Las Palmas y una carrera de Theo que acabó siendo un pase a la nada.
Bale peleó por el tercero, pero se quedó sin balón firmado. Cumplió con su cometido y se apunta a Turín. El Madrid sigue apretando por la segunda plaza. Las Palmas continúa necesitando un milagro.