La Selección de Gales está a tan solo un paso de alcanzar su sueño. El próximo envite, frente a Finlandia, decidirá quién asciende a la élite de la Liga de Naciones, un espacio reservado solo para los mejores. Con esos podría codearse la Selección de Gales si no pierde la próxima semana en casa.
Y el buen momento del combinado que dirige Ryan Giggs se debe, en gran parte, a la reconciliación de Bale con el fútbol. El extremo del Tottenham es otro jugador completamente distinto: se involucra, defiende, se asocia y pide la pelota. Todo eso, sumado a su gran y clave asistencia, concluye en un partido clave suyo.
Le costó a Gales, sin embargo, batir a una Irlanda que dio todo por puntuar fuera de casa. El conjunto entrenado por Stephen Kenny también se la jugará el próximo miércoles, aunque será por la permanencia en la Liga B. Se enfrentará a Bulgaria por no quedar último y le vale el empate.
Gales apretó y finalmente encontró el tanto del triunfo. Llegó en una jugada rápida llevada por Bale en la banda derecha y, tras un gran envío del ex madridista, Brooks se alzó para rematar y hacer el gol que lo decidió absolutamente todo en el partido, pero que sigue dejando uno de los grupos de la muerte más abiertos que nunca a falta de una jornada.
Irlanda empujó en el tramo final de partido y la Selección de Giggs cedió unos metros, pero amenazó con las rápidas contras. En un córner, Irlanda pudo empatar. Salvó Ward y, en la contra, Hendrick se fue expulsado por doble amarilla. Gales se llevó los tres puntos y continúa imbatida tras cinco partidos disputados.