Decía Mendilibar que no ir motivado en el Bernabéu implicaba salir con ocho goles en contra. No ocurrió tal cosa, ni cerca estuvo de pasar: el Eibar jugó un señor partido en territorio blanco. Propuso, llegó, mordió; el gol de Cardona, de museo.
El Madrid de Zidane, a pesar de contar con varios de los mejores futbolistas del mundo, anda en fase de testeo. Zidane prueba, busca, ensaya y se equivoca, un proceso lógico en cualquier proyecto que empieza. Conoce como nadie a estos jugadores, pero parece un equipo reseteado. Es un bebé de ojos grises aún.
En este contexto, cuenta con la espada de Benzema, protegido de Zidane pero con motivos: cuando tenía que darle balones a CR7 se los daba, ahora cuando debe meterlos los mete. Al menos se los hizo al Eibar, que se adelantó en el Santiago Bernabéu. Y pudo hacerle cuatro más, pero un fuera de juego, el VAR, Dmitrovic, el palo y el propio Karim lo evitaron.
El bloque armero salió al Bernabéu a jugar sin complejos, como si el majestuoso Bernabéu fuera Ipurua. Con José Ángel y Cururella haciendo estragos por la izquierda, el Eibar tuvo al Madrid desnortado durante la primera mitad. El carril de Odriozola era una autopista para el cuadro de Mendilibar.
Por ahí volcaba su juego al tiempo que al Madrid le costaba conectar jugadas. Bien Valverde, algo más discreto Modric, al que le faltaban socios para combinar. Aun así, pudo hacer Gareth Bale el primero. Se plantó solo delante de Dmitrovic, estampándose con el arquero rival. Luego decretaron fuera de juego.
Respondió el Eibar y Cardona casi hace el 0-1, pero no llegó al servicio de Cucurella por un centímetro. Iba y venía el Eibar, mientras que el Madrid aún se encontraba. Pocas noticias de Isco y Asensio.
La osadía del Eibar obtuvo premio, nuevamente por la izquierda. Cucurella se deshizo de dos rivales con un pase a Escalante, que caminó por el borde del área como un funambulista para encontrar a Cardona tras Reguilón. Definió con clase el delantero armero, que entró por Pedro León, que se cayó a última hora del once titular.
Salvador Karim Benzema
El Madrid recuperó voltaje en la segunda mitad. El Eibar empezó a notar el desgaste y sintió la pérdida de Ramis, lesionado. El VAR no validó un gol del francés, que aprovechó un mal despeje de Dmitrovic. Cuatro minutos después rompió la piñata al cabecear un centro de Odriozola.
El gol no desanimó al Eibar, pero ya le costaba más llegar a los dominios de Keylor. El partido se volvió un correcalles y Benzema, otra vez de cabeza tras un córner sacado en corto, volvió a aparecer. Nuevamente salvador.
Con el Eibar en la lona, Benzema pudo hacer hasta tres goles más, pero no aprovechó sus oportunidades, el palo le escupió otra y Dmitrovic también evitó que engordara la derrota.
El Eibar puede estar orgulloso de su partido, pese al placaje de Karim. Entretanto, victoria que da cancha al Madrid para buscarse a sí mismo.