Las cosas del fútbol, de la Liga, de este Real Madrid extraño, seguramente mal pensado y peor hecho, pero que aún contiene a una pila de buenos futbolistas. Tres de ellos, Bale, Carvajal y Benzema, combinaron para mandar al traste los planes de Lopetegui, que ha hecho del Sevilla un equipo reconocible, con sello, de autor. Insuficiente ante el Madrid durante la apacible última noche de verano en Sevilla. Pedía intensidad Zidane. La respuesta de sus hombres fue jugar mejor, simplemente.
Todo esto pocos días después de que el Madrid se viniera destruido del Parque de los Príncipes, devastado por el PSG y los amigos de Di María. Se anunció el advenimiento del enésimo apocalipsis, el inicio de otra época de horrores, de un nuevo ciclo ominoso. Y seguramente el Madrid sea un equipo en problemas, un proyecto a medio camino de todo, con carencias estructurales y parches en lo accesorio; y con todo, a pesar de ello, el Madrid se ha puesto líder de Primera División, con permiso de un hambriento Athletic, por encima por la diferenia de goles. Lo impredecible siempre va abrochado en la espalda del Real Madrid.
Ya sea mérito del Madrid o demérito de sus grandes rivales, ese Atlético que no pega el estirón o un Barcelona que también emite señales de agotamiento, termina la semana el conjunto blanco con algo para celebrar. Hay cierta belleza en la ruina, y Benzema volvió a darle una mano de pintura a la habitación gris. Así es Karim, un impresionista en este Siglo XXI. Su cabezazo propulsó al Madrid y desactivó al Sevilla. Nadie mejor que Benzema en este Madrid. Volvió a sacarle brillo al jarrón roto.
El Sevilla arrancó con fuego en los ojos y saliva en las comisuras. Ocampos, Navas y Reguilón corrieron como velocistas de cien metros, Luuk de Jong se peleaba con sus rivales y él mismo, Jordán y Fernando ponía minas en el centro del campo.
El Madrid salió como suele, al trantrán, y aun así tuvo más ocasiones en la primera mitad que un Sevilla que amagó pero no pegó. El balance ofensivo del bloque de Nervión en la primera parte se resume en dos cabezazos de De Jong: el primero dio en Varane (se pidió penalti pero tenía las manos en el cuerpo) y el segundo se marchó fuera. Ocampos regó el área de Courtois de centros, sin rematadores los mismos casi siempre.
El Madrid fue a más, con un James multiplicado. De un robo del colombiano nació una combinación entre Benzema y Hazard que acabó en tiro del belga y despeje de Václick; un suspiro después, James dejaba solo a Carvajal, que se topó nuevamente con el arquero checo del Sevilla.
Decide el gol de Benzema
En un partido vibrante, en el que había que poner la pierna fuerte y rechinar los dientes, no se amilanó el Madrid ante el empuje de un Sevilla que insistió por el camino del centro al área. No tuvo éxito su empresa. Y llegó el testarazo de Benzema.
Robó Varane en campo rival, Bale vio la carrera de Carvajal, el lateral central y Karim, con un cabezazo tan sutil como un pase de tacón, la puso a la izquierda de Václick, al que pilló a contrapié.
Se desfondó el Madrid, que sudó el mono de trabajo y atacó con sentido cuando tuvo la pelota en sus pies, aunque tras el gol de Benzema careciera de tino. Lopetegui apostó por poner a todos los delanteros que tenía a su disposición, pero Ramos y Varane resolvieron el trabajo con suficiencia. Sí hizo gol Chicharito, aunque estaba en fuera de juego cuando entró en contacto con el tiro de Nolito. La esperanza del empate duró uos segundos.
El 0-1 en Nervión hace líder al Madrid, empatado a puntos con el Athletic de Bilbao, con 11 de 15 posibles; el Sevilla pudo haber encabezado la tabla en solitario, pero se queda con los diez que tenía.