Llegó con nueve y se marchó con 21. Niño, adolescente y proyecto de hombre fueron las etapas que vivió con el mismo escudo en el pecho, un logo que en el encuentro ante los de Emery seguro que tendrá muy presente.
La rivalidad entre ambas entidades se ha reforzado gracias al Olympique de Marsella. Su bajo rendimiento a principios del Siglo XXI y el auge del Lyon provocó que este último pasase a ser el rival a batir y la competencia del PSG en la Ligue 1, pese a que 'Le Classique' del fútbol galo siga perteneciendo a parisinos y marselleses.
La posterior aparición de los Niza o Mónaco suavizó, en parte, el pique entre las dos entidades, además de que en Gerland dieron un pequeño paso atrás en lo deportivo, ayudando a ese enfriamiento. Pero el ser humano es un animal de costumbres, y ya nada será igual entre ambas escuadras francesas.
En los últimos tiempos, la relación entre los clubes se ha vuelto a tensar. Los tira y afloja entre Aulas, presidente del Lyon, y Al Khelaïfi, mandamás del PSG, no han ayudado demasiado a que las aguas se calmen.