Griezmann pone su Principado en orden

El Principado de Griezmann ya está en orden. Especialmente esta temporada, el Atlético de Madrid transita una realidad sinuosa, repleta de dudas y que ha hecho que se alcen algunas críticas contra el Cholo Simeone, el entrenador que cambió la historia reciente del club. Con estas sensaciones, el equipo 'colchonero' recibió al Real Valladolid en la jornada 18 de Liga e hizo lo que necesitaba, ganar sin discusión.
El triunfo se debe, en gran medida, a otra exhibición del 'Principito'. Si la dinámica general de la plantilla es derrotista por una venida a menos deportiva, el galo se está erigiendo en el baluarte que los suyos necesitan para seguir creyendo en un devenir positivo esta campaña. Dueño de la omnipresencia, volvió a sacar a relucir un maletín de recursos infinito. Dispuso y expuso. Dio dos asistencias que pudieron ser tres y anotó uno de los goles con los que el grupo se impuso por 3-0.
Ante este torrente de calidad, el Pucela estuvo ausente y a remolque. Los de Pacheta afrontaban esta cita con el objetivo de poner fin a su mala racha tras cuatro derrotas consecutivas, pero su comparecencia en el Cívitas Metropolitano supuso la quinta y no hubo mucho que hacer para evitarlo. Los focos estuvieron, desde el principio, sobre los jugadores rojiblancos, que, danzando al son de 'Grizzy', fueron mejores.
Morata abrió la lata y el tarro de las esencias antes de que se cumplieran los primeros 20 minutos de juego merced a un recorte soberbio. Griezmann le facilitó la pelota de espuela en una combinación vertiginosa, entre líneas, de los del Cholo y él se encargó de amagar ante El Yamiq para 'tirarle' al suelo. Ya completamente solo frente a Masip, acompasó su definición, sencilla y al primer palo, para transformar plácidamente el 1-0.
Su asistente se vistió de goleador cinco minutos después, cuando recibió un pase potente a baja altura de Nahuel Molina en la caja blanquivioleta para enviarlo al fondo de las mallas de primeras. Por la proximidad de su golpeo, el cancerbero visitante no pudo hacer nada, igual que cuando, de nuevo cinco minutos después, el tercer gol del Atlético se convirtió en realidad por mediación de un doble remache de Mario Hermoso.
El defensa estuvo donde debía para recibir un centro de falta del 'Principito' y lo redirigió de cabeza, pero Masip lo detuvo. El rebote le cayó también al zaguero, que subió la pierna izquierda para cazarlo rápidamente y lo elevó al marcador. Con menos de media hora en el cronómetro y tres tantos en contra, el Pucela vio prácticamente consumidas sus opciones de rascar un punto al menos en un escenario que le privaba de toda oportunidad.
Esto encuentra su explicación en el buen hacer defensivo de los de Simeone, que situó a Axel Witsel en el centro de su defensa como experimento ineludible por las bajas que asolan su línea de atrás. El ex del Borussia Dortmund recurrió a su holgada experiencia en la élite para estar correcto y no se notó que esta no fuera su demarcación natural. Además, las puntas de lanza de la propuesta ofensiva vallisoletana no brillaron demasiado.
Weissman apenas apareció -solo al final con un chut malogrado-, Sergio León intentó hacer daño siempre que pudo sin éxito y Kike Pérez tampoco atinó. Un disparo de Aguado desde la frontal se puede contar como la mejor intentona de los del José Zorrilla. Su casillero, por tanto, se mantiene como estaba, con una cantidad insuficiente para dormir con tranquilidad, al borde del abismo del descenso a Segunda División. Toca creer: aún queda bastante temporada por delante.
En el Atlético de Madrid, lejos de estas preocupaciones, la hinchada vivió al fin un día de buenas noticias. Aclamó a su príncipe, dio la bienvenida a su nuevo 'crack', Memphis Depay, y riñó a Rodrigo de Paul por sus tonteos con la indisciplina. Los suyos dominaron, ganaron y merecieron su victoria. Se echaba de menos una actuación de estas características, que dará unos días de poso alegre a plantilla, entrenador y afición.