La justicia y la injusticia
![España cerró la clasificación a la Eurocopa ganando a Georgia. EFE](https://cdn.resfu.com/media/img_news/imagen-de-los-jugadores-de-espana-celebrando-uno-de-los-goles-ante-georgia--efe.jpg?size=1000x&lossy=1)
La Selección Española ganó a Georgia en la última jornada de la fase de clasificación a la Eurocopa de 2024 con justicia e injusticia. Con justicia, el grupo de Luis de la Fuente pone el broche como líder a una serie de convocatorias de éxito con goleadas, revancha ante Escocia y muchos estrenos. Será cabeza de serie. Con injusticia, se atendió a la lesión de Gavi. El joven del Barcelona, en el transcurso de la primera mitad, tuvo que ser sustituido muy aquejado de la rodilla por un traspiés y ya se habla de una posible rotura del ligamento cruzado anterior. Serían cerca de 9 meses de baja.
El azulgrana no ameritaba este tropiezo. Tan solo un día antes, aparecía en boca de su entrenador nacional, que le tildaba de "hiperactivo" con cariño. En Barcelona, se ha ganado el corazón de la afición por su garra y su empeño en el campo. Ahora, los hinchas 'culés' deben imaginar una temporada sin él y los de 'la Roja', que el gran torneo a cuyo 'ticket' tanto ha contribuido el andaluz puede producirse con su baja.
Para colmo, se rompió en un partido que, en cierto sentido, era intrascendente. Era importante para la Federación acceder al campeonato del año que viene evitando a los 'cocos', pero no existe seguidor que, haciendo sus cábalas para el sorteo, no piense que es prioritario contar con el '9' en lugar de con la seguridad de no cruzarse con Francia, Portugal o Alemania. En resumen, estaba en juego la primera plaza en Valladolid y se logró, pero ¿a qué precio?
La lesión de Gavi, eso sí, no es la única historia de la victoria de España sobre Georgia en el José Zorrilla. Se produjo por 3-1 y gracias a una mejora paulatina de los de Luis de la Fuente, que no se plantaron ante el equipo liderado por Kvhicha Kvaratskhelia de la mejor de las formas. Rodri estuvo lejos de su versión de concierto, la defensa no terminaba de encontrar la manera de taponar los contragolpes, la principal amenaza de cara a una hipotética derrota, y los ataques se sucedían faltos de ideas.
La Selección se adelantó en el marcador a los 4 minutos. Era un espejismo. Con el 14-0 de Francia a Gibraltar en el recuerdo, el espectador sentado en la grada reconocerá que esbozó una ligera sonrisa pensando en un marcador abultado como el de septiembre ante este mismo contrincante. No iba a ser. Igual que Robin Le Normand abrió la lata con un remate picado, a la altura del segundo palo, a un centro medido de Ferran Torres en un golpe de acierto, Kvaratskhelia respondió poco después en otro latigazo.
El 'crack' del Nápoles se negó a entregar un solo aviso. Mordió de primeras. Después de un control fino, de pecho, de Chakvetadze en el círculo central, el '7' esprintó a la espalda de Le Normand y Carvajal, que no llegaron a tiempo cuando el 'azzurro' recibía el cuero delante de un Unai Simón a media salida y le batía por lo bajo. La asociación con su '10' se trataría de armar varias veces más adelante en el partido, pero el tejido de contención local le fue tomando la medida.
En paralelo, iba creciendo un Ferran Torres que ya había arrojado varios eslálones y caracoleos en el primer acto que animaban a pensar que podía ser la solución ante lo cerrado de la zaga georgiana. Exacto. Si, con su asistencia a Le Normand a los 4 minutos, paseó lo fino que estaba, más se salió del molde al vestirse de delantero, ese puesto que ha tenido que asumir en alguna ocasión en el Barcelona, para picar, con la frente, un envío templado de Gayà y devolver la iniciativa anotadora a los suyos.
Era clave que el 'Tiburón' apareciera de esta manera porque Álvaro Morata no tenía su mejor día en la recepción de balones y las segundas jugadas -Rodri o Carvajal intentaron explotarlas- se encontraban con un bosque de piernas cuando parecía abrirse una oportunidad. Y lo mejor es que el '11' no solo se lanzó a ese rol de ariete como su único buen momento, sino que fue el puñal más afilado de la pizarra de De la Fuente por las bandas.
Esto no quiere decir que tan trabajara por la victoria en solitario. Gayà entró en escena de forma sublime sirviendo balones desde el carril izquierdo, Nico Williams repitió mil y una veces su jugada de recortar hacia dentro para agitar a los guardianes de Mamardashvili, Dani Carvajal estuvo correcto en lo defensivo y solidario en lo ofensivo y Le Normand e Íñigo Martinez cortaron esas vías de contra que estaban más abiertas en los 45 minutos iniciales.
Para refrendar la mejora ibérica, la suerte que tendría que haberse aliado con Gavi para evitar su grave lesión -o quizá no se trata de suerte, sino de un calendario insultante y artificialmente cebado- apareció en las botas de Lamine Yamal. En el día en el que, por su cuarto partido con España, se ligaba a sus convocatorias, un centro de su factura tras algunos desbordes por la diestra resultó en un mal despeje con la testa de Lochosvili, que, sin querer, firmó el definitivo 3-1.
Tan cierto es que España no estuvo todo lo cómoda que quiso en la primera mitad y parte de la segunda de su partido contra Georgia como que Mamardashvili llevó a cabo hasta seis intervenciones de mérito para evitar goles. Se estrenó sacando arriba las palmas de las manos ante un zapatazo de Gavi tras una habilitación hacia atrás de Carvajal que podría haber resultado perfectamente en el 2-0. De haber sido así, quizás el desarrollo de la cita se hubiera asemejado más al de hace unos meses.
El portero del Valencia también apareció para leer y neutralizar las diabólicas intenciones de Fabián al sacar una falta lateral directa hacia sus redes, para negarle la mayor a Morata a bocajarro tras recibir este un centro medido de Ferran Torres, para cazar un centro envenenado del 'Tiburón'; para atajar, en dos tiempos, una intentona de Rodri desde lejos, y para una 'palomita' que frustró al del City cuando trató de rebasarle de cabeza -cómo no, en una jugada enhebrada por Ferran-.
Unai Simón nunca tuvo que actuar con la urgencia de su homólogo. La tensión que conllevaban los ataques georgianos se basaba más bien en la sensación de que, a poco que la Selección local se descuadrara en la defensa de un ataque rápido, alguien se iba a quedar solo ante el guardameta del Athletic. Conforme Le Normand, Íñigo Martínez y Dani Carvajal empezaron a atajar los conatos de rebelión visitantes, se apagó el temor.
Con este esfuerzo defensivo y los dos goles de la segunda parte, España picó el billete en primera clase para la Eurocopa de 2024 en Alemania. Todavía quedan muchos meses y ya se puede empezar a analizar cómo serán los planes de Luis de la Fuente, pues es bastante probable que Gavi, quien más habia jugado bajo su mandato, no pueda estar en la competición. Quebraderos de cabeza y cabeza de serie.