Gol a la vida

¿Por qué el fútbol es la cosa más importante de las menos importantes? Por cuentos como este. En un partido que te quedas con 10 futbolistas durante algo más de media hora no solo no retrocedes, sino que te juegas toda la baraja e incluso te mereces el destino que finalmente sucedió. Ese en el que el mago al que le dieron el alta médica a principios de año por superar un linfoma de Hodgkin decidió marcar en el añadido algo más que la diana de la victoria: el gol a la vida. Ese con el que su equipo consiguió el primer triunfo de la temporada. Luego dicen que son personas detrás del balón...
Las Palmas superó al Granada por la renta mínima (1-0) en el duelo correspondiente a la 6ª jornada en Primera División. Kirian Rodríguez fue el héroe con el que los canarios tienen motivos de sobra para celebrar, porque están fuera del descenso -anecdótico a estas alturas de película-. Algo más que 3 puntos y oro líquido para los hombres de García Pimienta, quienes llevaron demasiado peso en la mochila de la responsabilidad. Y eso que se adelantó 2 veces en el marcador... hasta que la justicia poética del silbato hizo su trabajo.
Eso de que la historia siempre se repite al final va a ser verdad. Si no, que le pregunten a Munir El Haddadi. El delantero pareció vivir en una realidad paralela en la que, sencillamente, no podía salir del bucle. El '17' marcó 2 goles en la 1ª mitad, pero con letra pequeña en el contrato de las mallas: estaba en fuera de juego en sendas situaciones. La frustración se apoderó de la apuesta de García Pimienta por delante de Sory Kaba, quien presenció los hechos desde el banquillo. En ambos tantos fue el más listo de la clase, aunque el profesor del banderín le bajó del cielo.
Quitando la mala suerte del marroquí, las ocasiones se quedaron en el vestuario. Tal cual. Los hombres de amarillo actuaron en el teatro insular con el tradicional monólogo de la posesión con Jonathan Viera en 'modo capital' y Enzo Loiodice soltando travesuras con el esférico. Pese a ello, los soldados del imperio nazarí estuvieron bien plantados sobre el verde con la táctica por bandera. Los cimientos apenas temblaron en el cómputo global previo al intermedio. Myrto Uzuni protestó un posible penalti. Más allá de esto, el silencio fue el mejor ruido de los huéspedes.
Quizás el respeto de estar en zona de descenso fue el mínimo común múltiplo del encuentro, donde el fruto de la urgencia fue la principal cosecha. Con apenas 1 gol en 5 jornadas y sin saber marcar en juego fluido, la frustración se apoderó con Pejiño, quien intentó un cañonazo desde Santa Cruz de Tenerife que acabó en las gradas del Estadio de Gran Canaria. Jonathan Viera también probó fortuna con un lanzamiento directo a balón parado. Esta vez, el destino final fue la valla publicitaria del Fondo Sur. O el fútbol de valientes salía en la 2ª mitad o poco más iba a contar la reanudación.
Marvin Park fue el elegido de García Pimienta para intentar agitar el cóctel. Había demasiado hielo para tan poca bebida... hasta que los jugadores de Las Palmas fueron salvados por el VAR. En 1ª instancia, De Burgos Bengoetxea señaló penalti favorable al Granada y Del Cerro Grande le citó en la pantalla. Julián Araujo tocó la redonda con la cabeza y esa trayectoria impactó en la mano de Máximo Perrone. Finalmente, el colegiado comprendió que rectificar es de sabios y terminó anulando los 11 metros para el beneficio rojiblanco. Pero el destino puede ser muy caprichoso.
La ironía de Las Palmas fue que, en inferioridad numérica, demostró más argumentos tangibles para merecer la 1ª victoria de la temporada, esa que rompió la puerta en el añadido. Pero por partes. Mika Mármol se excedió en confianza en un lance con Lucas Boyé teniendo tarjeta amarilla. El 'trencilla' se llevó la mano al bolsillo y le mostró la 2ª cartulina y el camino hasta los exteriores del rectángulo. La mirada de García Pimienta lo dijo todo. Sin embargo, los ojos no hablan y su reacción desde la zona técnica lo hizo en demasía.
La entrada de Sory Kaba dotó de potencia y presencia en zonas enemigas. Tal fue así que el delantero perdonó la ocasión que le rondará la cabeza -y nunca mejor dicho- durante los próximos días. El centro desde la derecha fue un caramelo y su testarazo picado un regaliz, pero el sabor amargo llegó con la gominola fuera del marco del Granada. Y para colmo, Jonathan Viera perdonó una vaselina después de la lucha, el coraje y la entrega de Marvin Park en una disputa que provocó el error garrafal del meta rival en el despeje de la acción.
Finalmente, el milagro bajó desde el cielo al césped. Kirian Rodríguez se llevó el alma de una ciudad, un equipo y una identidad a su pierna izquierda. En un intento de fe y esperanza, a su zurdazo le acompañó la música celestial del Estadio de Gran Canaria antes de colarse en la red defendida por André Ferreira y subir el 1-0 al marcador. Justo en ese momento, la emoción se presentó por bandera en el rostro de una persona que vuelve a sentirse futbolista. Si las lágrimas saltaron hasta en algunos aficionados presentes en la catedral insular. Por algo será.
En definitiva, Las Palmas se aferró a la justicia poética para conseguir el primer triunfo desde su regreso a Primera División. Ahora el refrán dice que a la 5ª va la vencida. Y en la otra cara de la moneda, un Granada que, por momentos, dio síntomas notables de lanzarse a por el tesoro custodiado por Álvaro Valles. No obstante, las ocasiones clamorosas no brillaron su presencia y el gol a la vida acabó imponiéndose sobre la bocina. Estas cosas son las que hacen del fútbol algo diferente y especial. Definitivamente, es algo más que ir detrás del balón.