Dicen que un buen partido de fútbol no puede estar exento de polémica, que para que se considere una buena batalla del balompié ha de contar entre sus ingredientes con, al menos, una jugada que provoque debates, controversias y discusiones entre los amantes de este precioso deporte.
Y en Son Moix, al cara a cara que protagonizaron Mallorca y Real Sociedad no le faltó de este sabroso ingrediente. Porque en un encuentro caracterizado por el buen juego y la deportividad entre ambos conjuntos, el colegiado Juan Martínez Munuera tomó una decisión que provocó que saltaran las chispas sobre el terreno de juego.
Pero empecemos por el principio, porque el principio fue el gol de los de Imanol Alguacil. Tan solo dos minutos y medio después del pitido inicial, Carlos Fernández, que llevaba 693 días sin marcar, se encargó de abrir la lata con la diestra tras una asistencia medida de David Silva.
La primera mitad transcurrió sin mucho más a destacar sobre el verde, dando paso a un segundo tiempo en el que pasó absolutamente de todo. Aprovechó el descanso Javier Aguirre para realizar el primer doble cambio. El técnico mallorquinista dejó en el banquillo a Kadewere y Jaume Costa, y metió en el camo a Ndiaye y Abdón Prats, unas sustituciones que le sentaron de maravilla al equipo.
El 'efecto Aguirre' cambió el partido
Porque el Mallorca salió con una marcha más tras el ecuador y comenzó a adelantar filas para buscar sin descanso la portería rival, hasta que la encontró. Tras un pase en profundidad, el propio Abdón se encargó de prolongar de cabeza y el cuero le llegó justo a Kang-In Lee, para que el surcoreano lo cazara dentro del área y superara a Álex Remiro para firmar el empate, un 1-1 con el que terminaría muriendo el partido.
Los donostiarras volvieron a adelantarse en el marcador cumplida la hora de partido, pero Martínez Munuera decidió anular el gol de cabeza de Le Normand al considerar que se apoyaba sobre los hombros de Ruiz de Galarreta en el momento del salto. Falta muy justa del jugador 'txuri-urdin' y decisión muy discutida del árbitro, en una acción totalmente interpretable en la que el VAR no tiene ni voz ni voto.
Con el 1-1 en el luminoso, el encuentro entró en los minutos finales, justo cuando el Mallorca estuvo a punto de darle caza a la remontada, pero el larguero privó a Amath Ndiaye de su golazo, después de estrellar contra el travesaño una impresionante volea con la zurda que resonó en Son Moix.
Cuando el partido ya entraba en los 5 minutos de añadido, Mikel Merino, aunque sin querer, le clavó los tacos a Abdón en el gemelo, lo que le supuso la cartulina roja directa. El capitán de la Real, que se dio cuenta al momento de su acción, no protestó lo más mínimo su expulsión y se marchó del terreno de juego con el rostro serio tras disculparse con su rival.
Sin tiempo para más, el partidazo de Liga llegó a su fin con tablas en el marcador una sensación agridulce para una Real que no terminó de entender la decisión del colegiado en el gol anulado, una Real que se afianza con este nuevo punto en la cuarta plaza de la clasificación con 45, mientras que el Mallorca se queda en la décima posición con 32, siete por encima de los peligrosos puestos de descenso.