Ser portero de tu equipo, ser el mejor del partido y perder por 3-0 es algo que no imaginaba Yann Sommer este martes. Pero puede dar gracias Thomas Tuchel de no llevarse un resultado más sonrojante del Etihad Stadium.
La maquinaria del Manchester City apareció en el momento justo, cuando las dudas sobre Upamecano aparecieron sobre el verde. El central del Bayern fue, con permiso de Bernardo Silva, el mejor jugador de los de Guardiola.
Una y otra vez, parecía un flan el central francés en la segunda mitad. Él propició el segundo tanto de los 'sky blues', que volaron como aviones para poner pie y medio en la siguiente ronda.
Hasta entonces, el ida y vuelta había predominado sobre el césped de un Etihad entregado a su equipo. Sabe la afición 'sky blue' que este puede ser el año para conseguir la 'Orejona'.
Una propuesta valiente
Pep Guardiola ha revolucionado su propio juego. Con la propuesta de cuatro centrales, adelanta a Stones a la altura de Rodri para empezar a generar juego, con un torrente de atacantes capaz de derribar hasta la muralla más alta.
Precisamente sería Rodri el que inauguró el marcador y su cuenta en Champions. El español se sacó un zurdazo que quitó todas las telarañas de la portería e hizo a Sommer replantearse su partido.
El portero suizo, una vez se repuso del tanto, comenzó a sacar balones como si fuera un pulpo. Evitó Sommer un tanto cantado de Gündogan y permitió al Bayern vivir sobre el alambre.
Acción, reacción
Todo cambió tras el paso por los vestuarios. Tuchel pareció acertar con el discurso y dio más libertad a Sané, con ganas de reivindicarse en un campo que le pitó una y otra vez por abandonar el equipo.
Los mejores minutos del Bayern de Múnich coincidieron con los mejores de Ederson. Dejó atrás las dudas de antaño y sacó hasta tres balones de gol de Sané para mantener el 1-0 y esperar al momento.
Ahí, apareció un jugador del City vestido con los colores bávaros. Dayot Upamecano, que había jugado con fuego anteriormente, se acabó quemando al regalar un balón a Grealish que acabó con el 2-0 de Bernardo Silva.
El portugués firmó uno de esos partidos que se quedan en la retina, capaz de bajar a defender o de hacer dos caños consecutivos en ataque, para coronar su encuentro con un gol que le eleva en la historia 'citizen'.
La seguridad bávara se tornó en nervios, en un flan que estaba a punto de devorar Haaland. Faltaba el gol del noruego, que en su octavo partido, por fin pudo ganar al Bayern y desquitarse ante un cuadro bávaro que empieza a rezar por el milagro.