Nada se salió de la normalidad en el recibimiento a Mbappé, por primera vez en el Parque de los Príncipes, ante su afición, tras su publicitada decisión de irse al final de esta temporada del PSG, que salvó un punto ya sin él sobre el campo, en el minuto 97, con un penalti dudoso anotado por Gonçalo Ramos.
Sí sonó algún silbido de la grada, más por la decisión de Luis Enrique, cuando el español optó por reemplazar al de Bondy de forma sorprendente, a la espera de si se desvela alguna molestia, en el minuto 65, con 0-1 en contra, cuando el fenómeno galo era el activo más visible ofensivamente para abordar la igualada. Había marcado en 10 de los últimos 11 duelos precedentes. En su lugar entró Gonçalo Ramos para ser la referencia en ataque.
Un golazo lo había cambiado todo a la media hora. No había aparecido el Rennes por el otro área. Ni mucho menos había probado a Donnarumma. Como tantas veces ha resuelto partidos el PSG, siempre encomendado a una individualidad, a una genialidad, a la invención de un tanto sin mucho sustento en la constancia o en el juego, este domingo fue al revés. En contra.
Amine Gouiri emuló a Mbappé. Su recepción en tres cuartos de campo, rodeado por cuatro adversarios, no aparentaba más que otra aventura hacia la nada. Solo al principio. Su giro le dio otro aspecto. Su conducción con la derecha, rápida, pegada al pie, aumentó su dimensión. Aún más el auto pase con el que desbordó a Danilo Pereira. Y, sobre todo, su imparable definición con el exterior de la derecha. Una maravilla.
Su octavo gol de la temporada y el 0-1 contra el dominio parisino. La posesión fue siempre suya. Es una de sus señas de identidad. El problema va más allá. No basta con disponer del balón, con tenerlo tanto como lo tiene el actual campeón y líder de la Ligue 1, bajo los mandos este curso de Luis Enrique Martínez. Debe ser un mecanismo para desbordar, atacar y crear ocasiones, con tal elenco de futbolistas. Y no lo fue.
Solo generó una oportunidad en todo el primer acto: un tiro de Vitinha al que se estiró, magnífico, el veterano Steve Mandanda, de 38 años y 148 convocatorias con la Selección Francesa (solo disputó 35 de ellas), para tocar lo justo la pelota para desviarla a saque de esquina. Una parada formidable sobre la que se sostuvo el Rennes antes del 0-1.
El PSG tampoco provocó mucho más con el 0-1 en contra. Nada en el recorrido hacia el descanso. Y poco en el comienzo del segundo tiempo. Apenas un lanzamiento de falta directa de Asensio, entrado al campo en el intermedio en sustitución de Kang-In Lee, y un derechazo fuera de Mbappé, insistente por todos los lados.
Centró, regateó, lanzó otra vez con el pie derecho por encima del larguero, nada del otro mundo, pero con la constancia individual que no tenía su colectivo, hasta que fue cambiado en el minuto 65, sin aparentemente ninguna molestia física. Su camino hacia el banquillo no delató nada. Tampoco evidenció ningún enfado. Ningún gesto de disconformidad.
Instantes después, Bourigeaud perdonó el 0-2, en un remate que debía haber sido gol.
Otra ocasión mucho más clara de todas las que contó el PSG, cuyo único síntoma de empate fue un penalti que señaló el árbitro y no lo fue, anulado en cuanto el colegiado vio la simulación de Gonçalo Ramos a través del monitor del campo, ya en el tramo final.
La segunda acción polémica, ya en el cuarto de los 5 minutos de añadido, no le pareció inicialmente penalti al árbitro. También con el portugués como protagonista. La revisión en el monitor le convenció de lo contrario. Mandanda impactó en la pierna del delantero, pero aparentemente más por inercia del atacante.
Lo transformó el propio Gonçalo Ramos en el 1-1 para esquivar la derrota. Invicto desde el pasado 15 de septiembre y líder incontestable de la tabla, el cuadro parisino suma 11 puntos más que el Brest, 2º.
- Ficha técnica:
1 - Paris Saint-Germain: Donnarumma; Hakimi, Danilo, Beraldo, Lucas Hernández (Nuno Mendes, m. 70); Vitinha, Fabián Ruiz, Kang-in Lee (Asensio, m. 46); Dembélé (Zaire Emery, m. 70), Mbappé (Gonçalo Ramos, m. 65), Barcola (Kolo Muani, m. 65).
1 - Rennes: Mandanda; G. Doué, Wooh, Belocian, Seidu; Blas, Santamaria, D. Doué (Bourigeaud, m. 55); Gouiri (Omari, m. 80), Kalimuendo (Truffert, m. 65), Salah (Terrier, m. 65).
Goles: 0-1, m. 32: Gouiri. 1-1, m. 97: Gonçalo Ramos, de penalti.
Árbitro: Bastian Dechepy. Amonestó con tarjetas amarillas a los locales Hakimi (m. 54), Lucas Hernández (m. 70), Gonçalo Ramos (m. 83), Fabián Ruiz (m. 90) y Beralrdo (m. 94) y a los visitantes D. Doué (m. 48), Blas (m. 93) y Mandanda (m. 96).
Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo tercera jornada de la Ligue 1 francesa, disputado en el estadio Parque de los Príncipes de París ante unos 40.000 espectadores. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de Artur Jorge, que fue entrenador del París Saint Germain, entre otros clubes europeos