Entre la agonía y la crueldad

El Sevilla no termina de encontrarse en esta Champions. El cuadro hispalense, que ya se las vio y deseó ante un atrevido Lens en el Ramón Sánchez-Pizjuán, sufrió como nunca ante un PSV que la temporada pasada casi le dio un disgusto en el 'play off' previo a los octavos de final de la Europa League, la competición fetiche de los andaluces.
En esta ocasión, ambos contendientes se vieron de nuevo en la Liga de Campeones y los de Mendilibar estuvo a punto de llevarse un buen botín. Pero esto es fútbol y los neerlandeses, entre la agonía y la crueldad, fueron capaces de dejar con la miel en los labios a los rojiblancos, que esta vez no pudieron sonreír en su tierra prometida, donde ganaron la primera de las 7 Europa League y donde se gestó la última.
El Sevilla tenía muy claro que su consigna no podía ser otra que mandar desde los primeros compases. El cuadro hispalense salió con muchas ganas y estuvo constantemente en campo contrario. Lukébakio se asomó por la izquierda en más de una ocasión, pero los acercamientos no eran tan peligrosos como para poner en aprietos a Walter Benítez.
Pese a que el PSV estuvo muy incómodo por el ímpetu de su rival, los 'granjeros' consiguieron cambiar las tornas y los rojiblancos se vieron superados por los neerlandeses. Los balones aéreos se convirtieron en el mejor arma de los locales, que coquetearon con el gol en varias ocasiones.
El mayor peligro lo llevó un Luuk de Jong que no supo acertar en sus definiciones, aunque también tuvo parte de culpa Sergio Ramos. El zaguero fue, sin lugar a dudas, el mejor de su equipo en el primer tiempo, dotándole de orden y jerarquía ante los continuos ataques de los de Peter Bosz.
Nyland, más que confirmado tras el partido ante el Barcelona, tuvo que estar también atento para evitar las embestidas del rival. Entre el portero, que metió una buena mano a disparo de Lang, y el camero, que en un par de ocasiones repelió varios intentos de Luuk, sostuvieron al Sevilla.
A partir de la media hora, el cuadro andaluz consiguió equilibrar las cosas y volvieron a mostrarse muy serios como al inicio de la contienda. Hubo un par de acertamientos, como el de Ocampos que, sin ángulo, le pegó fuerte con el exterior y la pelota se marchó por encima de la portería. Suso también se activó, pero un remate suyo con la zurda no fue entre los tres palos.
Y de ahí se pasó a un susto más que serio para los hispalenses. Veerman, en una falta botada desde el costado izquierdo, puso un buen balón al área y Ramalho, con un testarazo inapelable, superó a un Nyland que respiró aliviado porque estaba en posición antirreglamentaria. Tras ese susto, Lukébakio probó fortuna con un latigazo desde la frontal sin éxito.
Tras la reanudación, el PSV salió de nuevo con mucho ímpetu, con ganas de buscarle las cosquillas al Sevilla. Lang estaba dispuesto a convertirse en una pesadilla para Jesús Navas y el resto de la defensa. El extremo no paraba de encarar y de marcharse con mucha facilidad de sus adversarios.
Pese al peligro del neerlandés, los rojiblancos consiguieron adelantarse en el marcador. Eso sí, por tan solo unos segundos. Pedrosa aprovechó un mal despeje de Ramalho y cruzó ante Walter Benítez. El árbitro lo dio por bueno, pero desde el VAR le avisaron de una mano del lateral -la tenía pegada al cuerpo- y finalmente lo anuló.
A partir de ese momento, el partido se volvió loco. En la jugada siguiente, En-Nesyri se topó con la cruceta tras quedarse solo ante el guardameta y la respuesta del PSV fue otro disparo que acabó en el poste izquierdo de Nyland. El encuentro estaba para cualquiera y tuvo que ser Gudelj, previa asistencia de Ramos, el que abriese el marcador de volea.
El camero demostró que estaba haciendo un partido soberbio, pero las cosas se le complicaron con un penalti sobre Tillman. En la repetición se ve a simple vista que ya se estaba resbalando el '10', pero Orsato indicó el punto fatídico y Luuk de Jong no erró en la pena máxima.
El jarro de agua fría le duró al Sevilla unos pocos segundos, ya que se levantó como un resorte. Sacó de centro, varios jugadores combinaron y el balón llegó a Juanlu Sánchez, que le puso un caramelo a En-Nesyri para que firmase un testarazo impresionante (1-2).
Los de Mendilibar tuvieron el encuentro bajo control, pero todo cambió con el poste de Lukébakio. El extremo perdonó el tercero y poco después llegó el 2-2. Una acción mal defendida a balón parado le hizo un terrible daño a los andaluces, ya que Teze batió a Nyland y finiquitó las esperanzas de victoria.