El año pasado, las películas que se proyectaban en el Bernabéu en Champions siempre tenían escenas finales similares. El jinete, que parecía ser revolcado a cada rato por el caballo, solo domaba al animal al final y con una épica inexplicable. Sin saber cómo y a toda velocidad, terminaba el film a lomos de la bestia. Pero esta vez, el Real Madrid controló el guion de la película casi desde el inicio y se paseó durante toda ella encima del caballo sin los sobresaltos que, en otras eliminatorias, le tuvieron a centímetros del suelo en más de una ocasión.
Varios nombres propios se ganaron ser destacados. Courtois, esta vez, apenas apareció, pero lo hizo con un paradón justo después del 1-0. Carvajal se resarció de alguna mala tarde pasada con un auténtico partidazo, al igual que un Toni Kroos que llevó el tiempo y el juego a la velocidad que quiso. Arriba, Vinicius estuvo muy activo y Benzema, decisivo. En sus espaldas, además de en la calidad de Modric o en la zancada de Valverde, se cimentó una victoria redondeada por Asensio en la recta final y salvada, al menos en lo que al 0 se refiere, por Rüdiger en el añadido.
Decimos eso de que dominó "casi desde el inicio" porque el Chelsea se pudo poner por delante en el 2'. Joao Félix se quedó solo ante Courtois, pero se precipitó al ir perdiendo ventaja con su perseguidor y tiró mal y centrado. Los 'blues' siguieron mandando con robos y rápidas salidas, primero, y con control de balón y presencia en campo contrario después durante los primeros minutos. En el 8', Chilwell probó suerte con un disparo desviado de falta. Y ahí acabó el dominio visitante.
A lomos del partido
A partir del minuto 10, el Madrid dio un salto y se subió encima del partido. Encima del Chelsea lo haría también, pero más tarde. Vinicius empezó a forzar a una defensa apercibida y, por momentos, blanda. El brasileño se asoció con Benzema para que este, en el 12', tuviera la primera para el Madrid, con un disparo con la zurda que blocó Kepa en el primer palo.
Los blancos fueron ganando balón y terreno, pero sobre todo confianza. Los ingleses no sabían contener el crecimiento de un equipo que acabó ahogando a un Lampard que quiso refugiarse en exceso pese al buen inicio y, especialmente, al plantillón que tiene. De hecho, dejó en el banquillo a Kai Havertz, el máximo goleador en un equipo muy falto de eso mismo este curso.
Tras un intento desviado de Valverde, llegó el 1-0 en el 21'. Carvajal metió un pase medido y picado a Vinicius, que remató con la izquierda y se encontró con una muy buena mano abajo de Kepa. Pero el portero dejó la pelota muerta en el área chica y Benzema, siempre atento, remachó para hacer el 1-0. Pero no estuvo lejos de durar muy poco ese resultado en el marcador.
Dos minutos después, Courtois dejó la de siempre, aunque esta vez sería su único papel protagonista en la película. James se la puso a Sterling en el área chica y este remató a bocajarro para que el portero belga, en el primer palo, se estirase y mansase a córner la clara ocasión del Chelsea.
Entre pérdidas 'blues', la calidad blanca para gestionar el balón y la confianza del resultado, el Madrid se sintió muy cómodo tras el gol. Esa calma solo se rompía en alguna carrera de Vinicius por la izquierda. En una de ellas, se fue en velocidad y metió un centro-chut desde línea de fondo que salvó Thiago Silva bajo palos.
En la recta final del primer tiempo, Rodrygo, con un disparo repelido por Kepa; Alaba, con una peinada con la espalda; y Valverde, con un disparo que blocó Kepa cuando tenía mejores opciones buscaron un segundo gol que no llegó hasta la recta final del encuentro. Con el 1-0, llegó el descanso.
Chilwell y Asensio evitan que el Chelsea se vaya con vida
En la segunda mitad, no empezó nada mal el Chelsea. Joao Félix se topó con Courtois en un disparo que se dio gracias a una pérdida del Madrid en su área. Sin embargo, la respuesta 'merengue' y, sobre todo, la roja a Chilwell en el 59' terminaron de fastidiar los planes de Lampard.
Antes de la expulsión, Modric se quedó a nada de marcar un golazo de los de la casa. Vinicius se fue de James tras cambiarle el ritmo hasta tres veces, llegó a línea de fondo, jugó con Benzema, que estaba en la frontal, y este se la puso al croata, que recién entraba en el área. De primeras, buscó la escuadra izquierda de Kepa, un lugar que no encontró por muy, muy, muy poco.
En 5 minutos, llegaron una mala y una pésima noticia para el Chelsea. Koulibaly se lesionó y expulsaron a Chilwell. El lateral vio la roja por un agarrón a un Rodrygo que estaba a punto de pisar área para quedarse solo ante Kepa. Más cuesta arriba aún para los ingleses. Alaba tiró la falta al palo del portero, que la blocó mientras, posiblemente, pensaba que mantener ese 1-0 sería un exitazo vistas las circunstancias.
El Madrid, lógicamente, se hizo más grande, pero no quiso desesperarse. No fue como loco a por una renta mayor, aunque la encontró en el minuto 74 tras solo rondar con peligro al meta visitante con un disparo desviado de Camavinga. Fue Asensio, que había entrado tres minutos antes, el que marcó el 2-0.
Modric sacó rápido un córner en corto para Kroos, que encontró a Vinicius en el área y este, a Asensio en la frontal. De primeras y con el interior de su bota izquierda, batió a Kepa con un disparo que pasó por debajo de las piernas de Fofana.
Con todo resuelto en la ida pero con unos minutos que podían ser decisivos para la eliminatoria, el Madrid pudo ampliar la renta, pero también se pudo quedar con cara de tonto con un 2-1 que habría sacado al Chelsea casi a hombros del Bernabéu. Y es que Rüdiger, que entró junto a Asensio, salvó, desde el suelo, un disparo de Mount, que ya encaraba a Courtois, en el añadido. Antes, Benzema mandó por encima del larguero un rechace con la cabeza con Kepa en el suelo después de que solo avisaran los blancos con dos disparos lejanos de Kroos y Asensio.
El final del partido deja el cruce inclinado hacia el lado de un Carlo Ancelotti que, tras reivindicarse en sala de prensa, también lo hizo sobre el césped. Su equipo tuvo paciencia cuando quizás la cosa pedía más chispa, pero lo suplió con acierto arriba y solidez atrás para quedarse un paso más cerca de las semifinales de Champions.