El Real Mallorca le dedicó una canción a Cyle Larin. "No hay ningún río lo suficientemente ancho para evitar que llegue a ti. Nada puede alejarme de ti...". Pues el destino quiso que se modificasen algunas palabras de la letra. Principalmente, la del goleador. Porque no fue el '17' quien sacó las castañas del fuego. Como diría la nueva versión que se estrenó en La Cerámica: 'Don't worry, be Llabrés'.
De nombre Javi y con el '19' a la espalda. El atacante de 21 años marcó el gol del empate (1-1) contra el Villarreal en la batalla de la 21ª jornada en Primera División. En el añadido y a los 3 minutos de saltar al terreno de juego. Javier Aguirre confió en la capacidad de su banquillo y el cuadro balear rescató 1 punto de oro en la pelea por la permanencia. Y ante un 'submarino amarillo' que pagó muy caro el precio de no cerrar el partido.
La hora de la siesta
Pese a lo que había en juego, los primeros compases del encuentro se convirtieron en la hora de la siesta. Las carencias ofensivas aparecieron en escena con 2 planteamientos obligados a sumar de 3. Contratiempos con el último pase y, sobre todo, la pólvora mojada. Es lo que se apreció en varias ocasiones con sendos remates locales hacia la misma ubicación: los guantes de Predrag Rajkovic.
El Real Mallorca aguantaba y el Villarreal aumentaba la velocidad y las revoluciones por momentos. Los bostezos desaparecieron en las gradas conforme el reloj apuntaba al descanso. Y falta que hizo porque dio la sensación de que hubo demasiado tesoro para tan pocos méritos. Hasta que un pequeño detonante espabiló las virtudes goleadoras del 'submarino amarillo'.
Canalizando la rabia
Más concretamente, de Alexander Sorloth. Canalizando la rabia provocada por la tarjeta amarilla que vio a causa de sus protestas, el '11' abrió la lata. Apenas segundos después de la amonestación. Centro desde la izquierda de Álex Baena que, en 1ª instancia, no encontró destino. Hasta que apareció el gigante noruego para bajar el envío, batir al meta rival y estrenar el 1-0 en el marcador. Al filo del intermedio y en la psicológica del balompié.
A raíz de la reanudación, los huéspedes se quitaron los complejos y avanzaron en la búsqueda del empate. Matija Nastasic estampó el esférico en el lateral de las mallas a la salida de una falta lateral. Y Cyle Larin improvisó la chilena más extraña de su vida, aunque el golpeo viajó hacia el primer anfiteatro. Lo importante es que esto ya era otra cosa. A la altura de las circunstancias.
Reina, expulsado sin jugar; Guedes, presentado en sociedad
Pero claro, qué es de Primera División sin las sorpresas. De un momento para otro, Ortiz Arias le mostró la tarjeta roja a Pepe Reina desde la distancia por sus protestas. A la ducha antes de tiempo sin colocarse los guantes. La incredulidad del ambiente contrastó con el cabreo del guardameta con el 4º árbitro. El consuelo del templo 'groguet' fue la bienvenida a su nuevo soldado. Y no se llama Roberto, sino Gonçalo.
Guedes protagonizó su redebut en LaLiga ocupando el lugar de Ilias Akhomach. De hecho, el portugués tuvo la ocasión más clara del 2-0. Gerard Moreno le habilitó al espacio con un pase de fantasía y controló hacia su zurda. Pese a la intención de encontrar el primer palo, el golpeo del '9' se encontró con el lado oscuro de la red. El que no cuenta como gol. Y los errores se pagan muy caros en la élite.
El nacimiento del 'diablo'
Sin nada que perder, Javier Aguirre buscó la solución en su banquillo. Confió en el regreso de Vedat Muriqi... y en el nacimiento del 'diablo'. Javi Llabrés ingresó en el 88' por Sergi Darder. Tardó 3 minutos de juego en ganarle la posición a Eric Bailly y cazar el centro térmico de Manu Morlanes para superar a Filip Jörgensen. Silencio de porcelana en La Cerámica, éxtasis balear y golpe sobre la permanencia.
Con los escasos argumentos sobre la victoria, el Real Mallorca se aferró a lo imposible para alcanzar los 20 puntos e igualar al Villarreal en la clasificación. El 'submarino amarillo' sigue sin ganar en 2024 y comenzó su andadura anual en casa con un mal sabor de boca. Mientras tanto, en Son Moix ya están preparando cánticos con el 'Don't worry, be Llabrés'. Porque el fútbol con música es una melodía perfecta.