Una contra en el tiempo añadido, curiosamente como en otro partido del mismo día, valió por el triunfo del Mallorca sobre el Girona. Encuentro equilibrado en el que dio la sensación de que el conjunto catalán mereció más porque mandó en la segunda mitad y porque su dominio rozó más el gol.
El de sus rivales se dio más bien en los primeros 45 minutos. Menos por algunas desonexiones en defensa impropias del conjunto, como un mal despeje de Sastre que casi acaba en tanto en propia puerta, la propuesta de Luis García procuraba la mayoría de las llegadas. Sin mucha claridad, insistían, sobre todo, Abdón y Salva Sevilla.
Poco a poco, Raíllo y Valjent fueron haciendo evidente por qué este equipo es el menos derrotado de Segunda División. Convirtieron el área de Manolo Reina en un acorazado antiaéreo, aunque con grietas por lo bajo. Si bien Stuani, desacertado, no hacía daño de cabeza, Sylla, Monchu y Samu Sáiz fueron un tormento.
De no ser por Reina, alguno de los muchos balones que mandó el Girona entre sus palos hubiera acabado en el fondo de las mallas. Los tiros lejanos corrieron de la cuenta de Monchu; los de media y corta distancia, de Sylla, y el cancerbero respondía a todo. Hasta de pecho le paró un chut a bocajarro a Mamadou.
No habría sido tan agobiante esta suerte de intentonas sin la inestimable ayuda de Samu Sáiz. El '10' tendió sobre el verde del Visit Mallorca Estadi su superlativa calidad a lo largo de la segunda parte y garantizó fluidez y chispa. Gobernó la zona de tres cuartos.
Pero nada de esto valió al final más allá de en lo moral. Dani Rodríguez apareció en el tiempo añadido por la banda izquierda, creó, detectó y explotó una enorme grieta en la defensa y le regaló el tanto de la victoria a Amath. El liderato vuelve a ser bermellón.