Dos jornadas de esta temporada han hecho más feliz a Florian Thauvin que en todo el curso anterior. Entre lesiones y el fin anticipado de la Ligue 1 por la pandemia, el delantero del Olympique de Marsella solo pudo completar 20 minutos oficiales. Si alguien temió el principio de su fin, no podía estar más equivocado.
Porque es el gran nombre del perfecto comienzo marsellés. La cuestión va más allá de ser el autor del tanto que batió al campeón en su casa. En dos partidos, su equipo lleva cuatro goles. Él ha hecho un par y ha regalado los otros dos (a Caleta-Car ambos).
El equipo de André Villas-Boas ha vencido sus dos encuentros, aunque no es líder porque su partido de la primera jornada, ante el Saint-Étienne, quedó suspendido por el positivo en coronavirus de varios jugadores. Este jueves (21:00) se pondrá al día disputándolo y con la esperanza de sumar otro triunfo que le permita ser primero en solitario.
Tras el triunfo en el 'Clásico' galo, la moral está por las nubes en el Vélodrome, y no es para menos. Thauvin, a sus 27 años, disfruta de esa felicidad a la que tanto ha contribuido. Es más, ya puede presumir de haber llegado a las 80 dianas con la camiseta del Olympique de Marsella. Justo el año pasado a estas alturas, unos problemas en un tobillo comenzaron su calvario.
Ahora sonríen en Marsella porque llegaron ofertas por él, pero se le pudo retener en nómina. Junto con Payet, es el gran referente del Olympique de Marsella, que ha sabido sacar lo mejor de su rendimiento a pesar de que en Newcastle el atacante se estrelló y no cumplió las previsiones de gran fichaje. Nada como en casa para volver a rendir de manera sobresaliente.