En un pésimo partido, con el argentino Ángel Di María expulsado antes del descanso, la Juventus derrapó en Monza ante el colista, con el que perdió por 1-0, que aprovechó las facilidades para sumar su primer triunfo en la Serie A, en sus 112 años de historia.
No hay forma ya de esconder la crisis 'bianconera'. Acuciado por un mal comienzo de temporada, enfrentado a los árbitros tras el grave error del VAR que le privó del triunfo ante la Salernitana, mermado por las lesiones y con Massimiliano Allegri cuestionado por una parte de su vestuario, el conjunto turinés se adentra cada vez más en una tormenta perfecta. Ni siquiera una nueva expulsión, la de Di María, le puede servir ya de argumento.
La visita al colista, el Monza de Silvio Berlusconi, debía de haberle servido para tranquilizar el entorno con una victoria ante un rival que había sumado un único punto en seis partidos y que estrenaba técnico, el ex jugador juventino Raffaele Palladino.
Pero, al contrario, fue el Monza el que entró al campo con las ideas más claras, desactivó el centro del campo turinés y dejó inédito al ataque del conjunto dirigido por Marco Landucci, con Allegri cumpliendo sanción en el palco.
No llegó el balón ni a Vlahovic ni a Di María y el argentino acabó por desesperarse, dio un codazo a Armando Izzo en una jugada sin peligro en el centro del campo y aumentó los problemas de su equipo antes del descanso. Con un jugador menos, vagando sin rumbo sobre el campo, la Juve no tuvo siquiera fuerzas para rebelarse contra su destino.