Dos planes establecidos que sonrieron, en la primera parte, al Lokomotiv de Moscú. La Juventus dominó durante todo el partido, pero no fue capaz de crear peligro en la portería hasta la recta final, cuando tuvo el agua al cuello.
La victoria del Atlético ante el Bayer Leverkusen obligaba a ambos equipos a una victoria que finalmente se llevó el cuadro 'bianconero', aunque no antes de hacer sonar las alarmas.
El Lokomotiv de Moscú sonreía a la vez que veía cómo la Juventus se estrellaba una y otra vez ante su muro. Esperó para salir a la contra y sorprender, algo que hizo a la media hora de partido, cuando Miranchuk, con una volea, superó a Szczesny.
Sufrió la Juventus, incapaz de desarbolar una defensa bien plantada en campo propio. Pasaron los minutos y la hinchada del Juventus Stadium comenzó a sufrir. Llegaron los sudores fríos, los pensamientos impuros y los rezos.
No apareció Batman, o Cristiano, desaparecido en el partido. Pero sí lo hizo Robin, también llamado Dybala, para salvar a una Juventus que de perder se hubiese complicado la clasificación.
Un potente zurdazo desde la izquierda para acabar con las críticas. Una punta de velocidad y un disparo tras rechace para desatar la locura en el Juventus Stadium. Un minuto después, Dybala se ganó la ovación del público y a descansar.
Con un Lokomotiv de Moscú totalmente hundido, la Juventus solo tuvo que esperar a que pasasen los minutos para ganar el partido. Amagó el cuadro ruso en acabar con la imbatibilidad de los italianos, pero finalmente demostró tener más pegada el cuadro 'bianconero'.