Abanca-Riazor sigue siendo inexpugnable para el Deportivo, a quien el Real Valladolid Promesas jugó de tú a tú hasta que encajó el 2-0. Un jarro de agua fría para los de Julio Baptista, que poco después recibieron el definitivo 3-0 de un líder sólido.
El filial pucelano quiso desde el principio y tardó poco en pisar el área local. Lo que no esperaba es sufrir un golpe tan pronto, a los cinco minutos, cuando el Dépor aprovechó un desbarajuste defensivo para que Quiles marcase en el segundo palo.
A pesar de que con el 1-0 los locales pudieron ampliar la ventaja en un cabezazo de Borja Granero que repelió Samu Casado, el Promesas acabó dando un necesario paso adelante para tener el balón y generar ocasiones.
Víctor Narro y Lucas Rosa, con sendos disparos lejanos, lo intentaron sin demasiadas consecuencias. Fue tras el descanso cuando el conjunto vallisoletano gozó de las mejores oportunidades. La defensa local sacó un remate de Nieto, mientras que el posterior de Moha se marchó alto. Aunque la más clara ocurrió poco después, en un tiro de Lucas Rosa que tocó lo justo Mackay para desviar a córner.
El Promesas estaba con ganas, pero recibió otro golpe en ese momento. Además, en una acción desafortunada que acabó con el balón en la red tras tocar Quiles un cabezazo de Miku. Con el 2-0 en el 58’, Baptista movió ficha desde el banquillo, aunque no fue suficiente. Después de que Mackay atrapase un lanzamiento de falta de Moha, los gallegos hicieron el 3-0 en una jugada de estrategia que finalizó Mario Soriano.
Restaban 20 minutos por delante, pero el encuentro bajó de ritmo y solo Quiles, en un balón al palo, y una internada de Diego Moreno a cuyo centro no llegó Arroyo por poco pudieron marcar antes del 90’. Aunque, ya en el añadido, Samu Casado volvió a aparecer para despejar a córner un remate de Miku. El Deportivo apunta al ascenso y Riazor es una gran baza para ello.