Si para los pequeños es difícil completar grandes partidos en campos como el Bernabéu, para los grandes es complicado superar esos que se dan por ganados. El presumible día plácido ante el Espanyol solo lo fue durante diez minutos, cuando llegó el 2-0 de Benzema.
No es que el Madrid sufriera, pero llegó con el resultado abierto hasta el tramo final y con tintes de funambulista. La mente se va hacia el 'Clásico' peligrosamente, y también hacia Mestalla, así que el riesgo de vértigo siempre es real.
Los de Zidane esquivaron el mal día a la francesa. Varane, en latitudes impropias para él, y Benzema, arreglando la mirilla en un día desafortunado, resolvieron la papeleta. Los dos galos, que también combinaron en el 1-0, cambiaron el glups por un oh là là.
No debía ser el día de ellos, sino el de 'Rodrycius'. Los niños de Flamengo, el supuesto Madrid del futuro, se fusionaron en un día óptimo para ellos dadas las bajas importantes en ataque.
El equipo blanco, que competir competir lo hizo más bien en la primera mitad, fue más Vinicius que Rodrygo. Especialmente hasta el descanso. Vini, una vez más, demostró que va sobrado de reportorio. Regate, cambio de ritmo, control. Fue él quien creó los desequilibrios. Eso sí, siempre con el asterisco del tiro a puerta. Sus tres lanzamientos los abortó Diego López.
Los defensas siguen marcando
Rodrygo, más apagado, perdió su ventaja en las encuestas sobre su compañero y amigo. Aunque realmente no fue el día de ninguno de los atacantes. De hecho, tuvo que ser Varane quien marcara. Aunque nada raro teniendo en cuenta que los últimos tantos habían tenido el sello de Sergio Ramos y Carvajal.
Varane, que se quedó varado tras un córner, se aprovechó del pase de Benzema y resolvió con naturalidad ante Diego López con tiro cruzado. Para inaugurar el marcador y para marcarle el camino a Vinicius de cómo se define.
El Espanyol, que vivió mucho en su cueva, invirtió más energías en enfadarse con el colegiado que en probar a Courtois. Poco después del 1-0, Vinicius, en una entrada más aparatosa que voluntaria, pudo haber visto la segunda amarilla. Y en la última acción de la primera mitad, Calleri pidió penalti de Carvajal.
Comenzó a animarse en el arranque de la segunda mitad, Aunque el partido se debió haber acabado en el 53', con Benzema solo ante Diego López. El 'pichichi', raro en estos últimos meses, resolvió al muñeco.
Sin embargo, a diez para el final, con el runrún dispuesto a aparecer, demostró que los años de perdón son cosa del pasado. Bien posicionado tras saque de banda, creó, se asoció con Valverde y cerró el partido y las dudas.
Con el morbo de saber si Casemiro forzaría la quinta amarilla, llegó la segunda de Mendy. El sustituto del lesionado Marcelo, sabedor de que estaba amonestado, soltó la pierna sin sentido y complicó el lateral zurdo para Mestalla.
No el partido, que ya estaba cerrado. Con un par de besos franceses le bastó al Madrid para verse de nuevo en solitario en la cima. Al menos durante unas horas.