El Liverpool, a diez minutos del final, levantó parcialmente el pie del acelerador. Una vez logrado lo más difícil, igualar el 3-0 de la ida, los 'reds' redujeron el grado de necesidad en sus ataques.
El Barça quiso recuperar su ventaja en la eliminatoria y españoles y 'reds' alternaban ataques... hasta que llegó el ya famoso córner botado por Alexander-Arnold.
La 'pillería' del lateral del Liverpool tuvo un ayudante tan clave como simple. Un recogepelotas, en cuanto salió el balón por línea de fondo, le dio otra bola al jugador, una acción que contribuyó en silencio a la gran gesta vivida en Anfield.
El resto es ya conocido por todos. Arnold, cuando ya se marchaba para ceder el saque a otro compañero, vio a la defensa del Barça distraída y logró conectar con Origi. El belga, de primeras, batió a Ter Stegen y llevó la locura a las gradas y al vestuario del Liverpool.