Si bien sí que se había convertido en un gran animador del Campeonato Catarinense en los últimos años, hay que decir que el Chapecoense vagaba por la Tercera División del fútbol brasileño hasta hace apenas 4 años. E incluso los de Santa Catarina llegaron a jugar en Cuarta División en 2009.
Un cambio de mentalidad y el fuerte apoyo de una hinchada espectacular convirtió a un equipo abocado en el fracaso en todo un finalista de competición continental. Tras descender incluso a la Segunda División del Campeonato Catarinense, el Chapecoense logró regresar a la Serie B en 2012, competición en la que cumplió 40 años de historia en 2013.
Los de verde llevaban muchos años sin saber lo que era competir en la división de plata del fútbol brasileño y lo consideraron una hazaña de proporciones bíblicas. Pero no sabían que lo mejor estaba por llegar. Con una efectividad del 83,3% (38 partidos, 20 victorias, 12 empates y 6 derrotas), los de Santa Catarina lograron ascender de calle a la máxima categoría del fútbol brasileño. Y lo hicieron por la vía rápida.
Así, en 2014, el Chapecoense regresó 35 años después al Campeonato Brasileño, un año en el que los de Chapecó también se impusieron en la Taça Santa Catarina, una copa sin mucho prestigio disputada a nivel estatal. Ya en 2016 y tras conseguir mantenerse en la Serie A, el Chapecoense volvió a ganar el Campeonato Catarinense después de 5 años y, tras ser eliminado en la Copa de Brasil y ser el tercer mejor clasificado del Campeonato Brasileño, alcanzó el pase a la Copa Sudamericana.
Allí, en primera fase, el Chapecoense se deshizo del Cuiabá, su rival brasileño, pese a caer por 1-0 en la ida, al vencer por 3-1 en el enfrentamiento de vuelta. Ya en el cuadro de octavos de final, los brasileños eliminaron en la tanda de penaltis al todopoderoso argentino Independiente de Avellaneda. Empataron ambos encuentros a cero y se impusieron en la tanda de penaltis (5-4).
En cuartos de final, el Chapecoense levantó el 1-0 del Junior colombiano en el partido de ida con tres tantos de Ananias, Gil y Thiego. Y, en semifinales, en este mismo mes de noviembre, los brasileños completaron la hazaña al eliminar a otro histórico argentino, San Lorenzo de Almagro, después de empatar en territorio argentino por 1-1 (marcó de nuevo Ananias) y aguantar el 0-0 en la vuelta, en Brasil.
Un camino de leyenda construido con humildad desde la base que ha sido truncado con el trágico accidente aéreo de Antioquía.