San Siro volvió a ser el escenario de un partido que terminó en ruleta rusa, algo habitual en un Milan empeñado en complicarse la vida en su lucha por la Champions. Pinchó otra vez, ya van tres jornadas seguidas. En esta ocasión, ante un Udinese que se marchó del majestuoso estadio italiano marmullando por lo que pudo ser y no fue.
Porque Rodrigo de Paul, ya en el añadido de la segunda mitad, tiró por tierra un contragolpe que olía a gloria para el Udinese y a vergüenza para el Milan. Çalhanoglu perdió un balón y De Paul quedó en un dos para uno junto a su compañero Fofana. Decidió jugársela de forma individual, dando tiempo a que Çalhanoglu resurgiera de su error y negara el 1-2.
Fue un epílogo a un partido tormentoso para el Milan, que a escasos días de jugar ante la Juventus perdió a dos futbolistas por el camino, ambos por lesión. El primero en caer fue Donnarumma, que de fallar en la jornada anterior frente al Nápoles pasó a solicitar el cambio en el minuto 12. El problema, claramente muscular.
Después, Paquetá. El brasileño había sido el mejor en el primer acto, junto a Cutrone. Se dobló el tobillo derecho de forma clara, sus gestos de dolor asustaron a San Siro en general y a Gattuso en particular. Entró Castillejo y, poco después del cambio, llegó el 1-0. Centro de Cutrone desde la izquierda y balón a la jaula de Piatek, al que Musso despejó el primer remate.
Estaba todo más o menos controlado, pero decir eso en el Milan es decir demasiado. De hecho, el Milan pasó de un posible 2-0 al 1-1 en cuestión de segundos. A Piatek le birlaron el gol en área pequeña y, en la contra, el Udinese destrozó al Milan. El balón llegó a Lasagna, que no perdonó ante Reina.
De ahí al final, nervios y alguna ocasión, aunque la más clara la tuvo el Udinese en el añadido. Antes, Lasagna también perdonó ante un Milan que se descompuso y al que le va a costar un mundo asentar su plaza de Champions para el próximo curso. La Lazio, el rival más cercano, queda a cuatro puntos con dos partidos menos. Para el Udinese, el punto sabe a gloria en su pelea por salvar la categoría.