Fue uno de esos sucesos que no pasan de lo anecdótico, pero que acaban dañando las relaciones internacionales entre países. Lo que pasó fue que en vez de sonar el himno albanés, sonó el de Andorra.
Las caras de los jugadores balcánicos eran un poema. Tan indignados estuvieron que exigieron que sonase el suyo, o no jugarían el partido.
La guinda del pastel la puso el 'speaker' del campo, quien terminó el esperpento pidiendo perdón a los aficionados y jugadores "de Armenia" por el incidente. Pleno al quince.
Edi Rama, primer ministro de Albania, exigió de inmediato disculpas a su homólogo francés, el presidente Emmanuel Macron, calificando de "escandalosa metedura de pata" lo sucedido.
Macron se disculpó con el 'premier' albanés, tal y como desveló este a través de Twitter. Las aguas volvieron a su cauce y esperamos que este incidente no haya mellado las relaciones francoalbanesas.