Algo había cambiado en Messi al inicio del choque. Se había vuelto a dejar la barba. Por superstición o no, porque sin ella coincidió la peor racha del equipo, surtió efecto. El mejor Messi. El que enamora y ejecuta a partes iguales, no pudo escoger un mejor escenario, Wembley, para sacar a pasear todo su potencial.
Su impacto en el encuentro fue absoluto. Lanzó la goleada cuando el duelo aún estaba frío; lo cerró cuando el Tottenham invocaba un infierno en el último. De un extremo a otro, una asistencia, dos tiros a la madera casi clónicos y un doblete posterior para enfriar cualquier amago local.
Fue el Messi desatado de la Champions, el que corre hundiendo la hierba y haciendo estragos entre las defensas. En la segunda parte fue un toro desbocado; repitiendo su jugada de desmarque diagonal o conduciendo para buscar la frontal y armar su zurda.
Hizo temblar a los ingleses cuando se acercaba a la corona del área. Pero atizó dentro de ella. Primero culminando un pase atrás con algo de suspense; luego, haciendo buena la finta de Luis Suárez definió ante LLoris.
Y, cómo no, con esa sociedad que en los últimos años tanto le gusta, la que forma con Jordi Alba, quien le dio la asistencia del 1-3 cuando los de Pochettino amagaban con meterse de nuevo en el choque. Al lateral había encontrado precisamente a los dos minutos, justo antes de que el ex del Valencia le regalara el 0-1 a Coutinho.
3 de octubre de 2018
Messi volvió a lucir esas barbas de Poseidón. Como dios que es. Pero él no emergió de las aguas sino de la rabia de haberse quedado en el banquillo ante el Athletic en el partido anterior.
Wembley, que llegó a rugir especialmente cuando los 'spurs' se vieron con opciones reales de igualar, se quedó postrado ante el capitán del Barça, que no iba de farol. Y no solo porque allí ya se convirtiera en rey de Europa ante el Manchester United.
Porque dijo que quería la Champions y lo está demostrando. No andando, como el movimiento, sino goleando: triplete al PSV para empezar, doblete al Tottenham para continuar. Ya ya con tres tiros a la madera.
3 de octubre de 2018