El fútbol es indomable siempre. Pero tiene algo que sonríe al Real Madrid cuando juega en la Liga de Campeones, su competición fetiche. Por eso no debe sorprender tanto que en pleno acoso del Manchester City, en un chispazo el cuadro de Zidane cambiara el panorama con un gol de Isco.
La flor... y la presión alta de los blancos ante unos zagueros muy blandos del equipo de Guardiola. Benzema robó, Modric tiró el balón a la carrera de Vinicius a la contra y, en pleno desconcierto de la zaga 'citizen', con Otamendi y Walker fuera de sitio, asistió al malagueño, que entraba solo en el área.
Tras controlar y acomodarse, su disparo sorteó la salida de Ederson, a pesar de que salió a cubrir bastante espacio con su envergadura.
El Bernabéu estalló de júbilo, pero también de liberación, puesto que el 1-0 llegó cuando el City tenía al Madrid empujado en su área y los ingleses habían disfrutado de varias llegadas peligrosas, especialmente un mano a mano de Mahrez que Courtois despejó de manera casi milagrosa.
Lo extraño es que el primer gol del choque llegara a la hora de juego, puesto que en la primera mitad hubo ocasiones claras para que se produjera la ruptura del 0-0. Vinicius, que pudo redimirse con su asistencia a Isco, antes había tenido una en boca de gol.
Poco después, un 'pinball' dentro del área pequeña del Madrid no acabó en el tanto en propia puerta de Ramos de milagro.
26 de febrero de 2020