El 'play off' implica sufrir, Riazor reclama concentración. La fase regular se acabó y el Deportivo ha llegado mejor al tramo en el que se decide todo. El ascenso, primordial para estos dos transatlánticos de plata.
Los malacitanos salieron con la lección bien aprendida. Posesión clara para los de Víctor Sánchez del Amo y la batuta para el líder del equipo, el que guarda la mayor parte del potencial de ataque de este Málaga, Ontiveros.
En el 18', la primera en la frente para el marbellí. Recortó como él muy bien sabe hacer y centró de maravilla para que Luis Hernández anotara el 0-1. Pero un error infantil de Ricca metió en el choque al Dépor.
El charrúa elevó demasiado la pierna y golpeó a Pedro Sánchez. Resultado, penalti anotado por Carlos Fernández. Tablas y el Deportivo parecía animarse, hasta que Ontiveros apretó el acelerador.
El extremo malagueño cazó un esférico, alzó la mirada cual ave rapaz para fijar su objetivo: colocarla en la misma escuadra con una 'folha seca' espectacular. Se quedó mudo Riazor, no es para menos.
Pero el descanso cambió muchas cosas en ambos equipos. Salió un Málaga completamente distinto, errático, impreciso, nervioso y con una tremenda dependencia ofensiva hacia Ontiveros.
Todo lo contrario en el Dépor, donde todos los componentes del once de Martí creaban peligro. Cartabia por la derecha, Borja Valle por la izquierda y Pedro Sánchez incidiendo por todo el centro.
Sin duda, el más incisivo fue Borja Valle, un auténtico quebradero de cabeza para un poco experimentado Iván Rodríguez. Pedro Sánchez, en el corazón del área, enganchó un disparo potente y colocado al centro de Cartabia.
El argentino fue un espectáculo durante el segundo tiempo. De sus botas llegaría el 3-2, gracias a un centro picado y al posterior cabezazo de Carlos Fernández. El coladero malaguista era cada vez más grande, mientras que la sala de máquinas andaba muy escacharrada ante la ausencia de N'Diaye.
Munir tampoco tuvo su mejor día por el combinado visitante. El marroquí, duda hasta el último día por la convocatoria de Marruecos para la Copa África, estuvo dubitativo en diversas acciones y pudo hacer más en el 4-2, que llegó por mediación de un zapatazo esquinado de Borja Valle.
Finalmente, un Málaga con más corazón que cabeza se echó arriba mediante balones aéreos. Blanco tuvo la última. El Deportivo tiene un arsenal tremendo y se ha unido a la ilusión de Riazor. Habrá que ver cómo es la ilusión de La Rosaleda.