El Cádiz-FC Barcelona empezó siendo un auténtico tostón, pero la cosa cambió por completo en la segunda mitad. Ambos equipos despertaron y tuvieron ocasiones para haber roto la igualada final (0-0).
En una de las últimas acciones del encuentro, Busquets entró a escena y decidió cortar el ataque del cuadro gaditano por la derecha. Salvi, que tenía ya un balón, recibió otro que ya había en el campo.
Fue el centrocampista azulgrana el que lo echó a esa zona y el árbitro, que estaba delante del jugador, paró el juego y le enseñó la cartulina amarilla. Feo gesto antideportivo del '5'.
Koeman, que protestó en el banquillo, vio la roja tras reclamar sin saber la razón en ese instante. Y es que había dos balones en el terreno de juego.