Este deporte puede ser muy duro para sus practicantes. No entra solo lo físico, sino lo emocional y psicológico. Caer a las puertas de la gloria puede ser devastador para unos efectivos que se han estado preparando para ello durante no meses, sino años.
Y el lateral de Flamengo sabe lo que significa. Ha pasado por lo peor cuando era 'colchonero', sobre todo, ante el Real Madrid, el eterno rival. Aquella final en la que Sergio Ramos cabeceó un córner al fondo de la red todavía retumba en su cabeza, pero pudo olvidarlo.
Fue en la final ante River Plate cuando el defensa pudo disfrutar como nunca. En un duelo que él mismo reconoció como bastante mejorable, se llevó la victoria gracias a dos goles de Gabigol, que rompió las normas de la mala suerte y se coló en los libros de historia.
El jugador estaba tan contento que le dedicó el triunfo a la afición, que estuvo con ellos hasta el final. Un aliciente que hizo más dulce la victoria es que los argentinos eran los favoritos; habían conseguido hacerse con el título el año pasado ante Boca Juniors.