Fútbol vintage: el fin de Kubala tras el desastre en la novedosa Eurocopa de 1980

Por JR Oldan
La de 1980 fue una Eurocopa de novedades. Por primera vez se repitió sede, se estrenó el formato de ocho selecciones en la fase final (divididas en dos grupos), la anfitriona estaba directamente clasificada y todos los partidos se jugaron en el mismo país. Lo exclusivo para la historia estuvo en que no hubo semifinales, sino que los primeros de cada grupo se midieron en la final y los segundos lucharon por el tercer puesto. El torneo se celebró en Italia, como en 1968, y a la final llegaron Alemania Federal y Bélgica, con victoria por 2-1 para los germanos occidentales, dirigidos por Derwall.
Precisamente Italia '68 fue el campeonato que abrió la negativa racha de no clasificaciones de la Selección Española para fases finales de Eurocopa. Después de ganar la de 1964, España se perdió las tres siguientes. Dirigida por Balmanya tras el Mundial de Inglaterra, para la del '68 fue eliminada por los británicos de Ramsey en cuartos de final; ya con Kubala como seleccionador, cayó en la fase de grupos de la clasificatoria de Bélgica '72, al quedar segunda tras la URSS; y sería la RFA aún entrenada por Schoen la que privaría a los españoles de la fase final de Yugoslavia '76, al derrotarles en cuartos por dos goles a cero.
Solo la clasificación para la Copa del Mundo de 1978 permitió a Ladislao Kubala mantenerse en el cargo hasta el campeonato de Europa, ya que fue renovado. Justo antes de la Eurocopa, el entrenador de origen húngaro anunció que dejaba el banquillo pasara lo que pasase en Italia, ya que había firmado un contrato para volver al Barça, concretamente a supervisar las categorías inferiores, aunque acabó por ser el técnico del primer equipo. Kubala había llegado al banquillo en 1969, relevando al trío interino compuesto por Muñoz, Molowny y Artigas, con la Selección ya sin opciones de acudir al Mundial de México. Se marcharía sin haber ganado nada casi once años después, siendo el seleccionador más longevo en el banquillo de España.
España y Yugoslavia se enfrentaron con asiduidad durante la década de los '70, en partidos que resultaron decisivos. Dirigidos por Ciric, los bálticos dejaron a la 'la Roja' fuera del Mundial de Alemania Federal ´74, al derrotarlos 1-0 en el encuentro de desempate generado por acabar el grupo clasificatorio con los mismos puntos y goles. Los de Kubala tomaron revancha en la siguiente Copa del Mundo, impidiendo que los yugoslavos de Valok acudiesen a Argentina en el duelo definitivo del grupo. Conocida como la 'Batalla de Belgrado', los españoles se llevaron una victoria por la mínima del Pequeño Maracaná en un partido que se recuerda, más que por el gol de Rubén Cano, por el lanzamiento de objetos al campo, tanto a la salida inicial de los jugadores españoles como en el momento de ser sustituido Juanito, sobre quien impactó una botella. Para la Eurocopa de Italia, nuevamente se volverían a medir en la fase clasificatoria, con España como vencedora.
Como pasase en 1976, la otra rival a considerar en el grupo era Rumanía, dirigida por el bicampeón de Europa con el Ajax Kovacs. Las victorias de España frente a ambas en sus dos primeros partidos fueron suficientes para soportar los malos resultados que el combinado cosechó en adelante. Y es que después del 5-0 a Chipre en la tercera jornada del grupo, partido de diciembre de 1978, entre oficiales y amistosos 'la Roja' acumuló seis derrotas, cuatro empates y solo dos victorias hasta el campeonato europeo. El 1-3 contra los chipriotas en la última fecha de la vuelta permitió que la igualada a dos contra Rumanía y el 0-1 en Valencia ante la Selección Yugoslava de Miljanic no fuesen suficientes para perderse el torneo. Pero a Italia llegó un seleccionador criticado y una selección visiblemente cansada.
En junio de 1980, el periodista Alfredo Relaño contó en 'El País' la situación de España de la siguiente manera: “Con diez años y ocho meses en el cargo, Kubala es el seleccionador nacional que más tiempo ha perdido en este puesto. El suyo ha sido un ejemplo de cómo un hombre puede llegar a quemarse. Tras varias campañas con nota discreta o buena, entró en barrena con ocasión del Mundial y en sus últimos partidos ha acumulado numerosos fracasos. De 16 derrotas, diez se han traducido en los tres últimos años. Con el Mundial de Argentina comienza el declive. Cada vez se le va más nervioso, varía las alineaciones, acusa a Pirri de la derrota ante Austria… Por primera vez se hace numeroso el grupo de aficionados que piden su dimisión. El elevado número de jugadores utilizados una, dos o tres veces y olvidados por él una vez que han sido traspasados por su equipo de origen hace despertar sospechas. (…) España va a Italia sin fe, y el propio Kubala delata su falta de interés cuando, en vísperas del primer partido, anuncia que ya ha decidido dejar la selección el 30 de este mes (día en que finaliza su contrato) y que ficha por el Barcelona. Casi simultáneamente, el Barcelona ficha a dos de los internacionales concentrados, Quini y Alexanco. En los tres partidos de la fase final hace lo que venía haciendo desde meses atrás: altera caprichosamente la alineación. Hay ratos de buen fútbol, pero queda la impresión de que cuando el equipo funciona es por la calidad de sus hombres, por ráfagas de inspiración, pero no porque exista un equipo armado por un entrenador consciente”.
La cita mundialista a la que se refiere Relaño acabó con la Selección Española eliminada en el primer grupo, por detrás de Austria y Brasil, con el 1-0 del último partido frente a Suecia como única victoria. Hasta Argentina '78 el balance de Kubala era de solo seis derrotas en casi una década, cuatro de ellas en citas oficiales, con mayoría holgada de encuentros ganados.
Aun con los pobres resultados del primer torneo al que clasificaron los apodados 'Kubala Boys', a la Eurocopa llegaron diez jugadores convocados para el previo Mundial: Arconada, Urruti, Migueli, Uría, Asensi, Cardeñosa, Dani, Juanito, Quini y Santillana. Fuera quedaron veteranos como Pirri, De la Cruz, Biosca, Rexach o Rubén Cano, y otros como Camacho y Marcelino, lesionados de gravedad entre ambas citas.
Pese a que la selección que viajó a Italia tenía una media de edad de 27 años y que, como apuntó Relaño, en el trayecto el seleccionador convocó a muchos jugadores que de inmediato no se tuvieron en cuenta (103 futbolistas debutaron con Kubala), lo cierto es que individualmente el equipo tenía notable nivel y estaba compensado. Por ejemplificar, solo en el centro del campo los convocados Del Bosque, Asensi, Zamora, Cardeñosa, Saura o Juanito dan fe de la capacidad técnica e inteligencia para leer el juego que atesoraba aquella España. Todas las líneas eran igual de eficaces en sus respectivas labores. El problema no fue de hombres, sino de ambiente y de propuesta de juego.
Todos los clubes españoles punteros en aquella temporada aportaron jugadores, pero el entorno estaba dividido. Con cinco convocados, la plantilla que más sumó a 'la Roja' fue la del inestable Barça, que acabó cuarto en la competición doméstica, dirigido finalmente por Helenio Herrera. El Real Madrid de Boskov ganó Liga, Copa y alcanzó las semifinales de la Copa de Europa, y solo sumó tres futbolistas a la Selección. Aunque muchos de los españoles importantes en aquel Madrid se lesionaron o eran veteranos, casos de Camacho, San José, Benito o Pirri, no ser el núcleo para Kubala pudo ser lo que provocó un enfrentamiento entre el técnico serbio y el seleccionador, bajo la excusa de una puntual llamada. El hecho de que Kubala convocase al portero Miguel Ángel para un partido en lugar de a García Remón, que era titular en la 1979-80, provocó la crítica pública de Boskov, ruido que aprovecharon para sumarse otros protagonistas.
En estas, se dijo que Kubala no se relacionaba con los entrenadores de los distintos equipos a la hora de componer la nacional. A instancias del presidente de la Federación Española, Pablo Porta, y del comité técnico formado por Molowny, Muñoz, Aguirre, Miera y Traid, para inicios de 1980 se dio la primera reunión entre el seleccionador y el grueso de entrenadores de la Liga. A fin de justificarse, Kubala afirmó que le “gustaría tener la opinión de los entrenadores sobre los jugadores de sus respectivos equipos. Sería interesante conocer el estado físico de cada jugador, la forma en que se encuentran en cada momento y cómo se desenvuelven y cumplen las misiones que se le encomiendan en sus equipos”.
Debido a la variedad de ofendidos, no cabe duda de que la situación exterior era complicada. Pero lo verdaderamente problemático a efectos prácticos fue que el mecanismo de juego de España no era identificable, sino que adolecía de jugarse “a ráfagas de inspiración”, como escribiese Relaño. Esta carencia grupal provocaba poco control en los partidos y, en consecuencia, resultados dispares ante oponentes de disímil categoría. En la Eurocopa se vio exactamente eso, un equipo con buenos tramos de juego pero sin estabilidad.
A las palabras del analítico periodista cabe sumar las declaraciones de Pirri y Velázquez, jugadores con posibilidad de hablar con mayor libertad al estar ya lejos de la Selección. En relación al amistoso perdido 1-3 contra Dinamarca en noviembre de 1979, Pirri opinó que “la selección no tiene esquema, le falta un patrón de juego. Siempre hemos jugado amoldándonos al contrario, sin buscar un estilo propio. (…) Insisto, lo que falta es un patrón de juego”.
A lo que su ex compañero en el Madrid agregó que “ante Dinamarca se buscó la individualidad, porque no había recursos colectivos. Se ha perdido la línea. Hay jugadores para hacer un mejor papel del que se realiza, siempre que se vean arropados de una táctica coherente”.
Es cierto que la España de Kubala siempre se adaptó a los planteamientos rivales, pero no lo es menos que contra las tres selecciones enfrentadas en la Eurocopa la propuesta de juego fue parecida. Solo cambió el dibujo en la cita final contra Inglaterra, pasándose de un 4-3-3 a una suerte de 5-3-2, y matices en el rol de los laterales y del enganche. Pero, en el fondo, 'la Roja' propuso lo mismo antes y durante el torneo.
El esquema habitual español era un 4-3-3. Como pasase en sus anteriores, la última España de Kubala usó la marcación combinada en fase defensiva, con puntuales marcajes hombre a hombre pero siempre con líbero y zagueros que actuaban en patrón mixto. Centrocampistas y delanteros no presionaban, sino que su función era recular y cerrar espacios. La presión se ejercía por los cuatro o cinco defensores netos, saltando sobre los rivales que les tocaba marcar según el desarrollo de la jugada, cuando el balón ya había llegado a zonas cercanas al área española.
Aunque en fase de posesión España apenas usaba el pase largo entre defensa y ataque, de partida el equipo cedía la iniciativa a casi cualquier rival que la quisiera, esperándole en campo propio para, una vez recuperado el balón, contragolpear casi siempre por zonas centrales a través de conducciones, no de pases. De ahí que al menos dos de los volantes fuesen hábiles en la transición con el balón dominado, caso de los indiscutibles Zamora y Saura, y uno de los delanteros tuviese las virtudes regateadoras de los extremos clásicos. En lugar de ceñirse a la banda, este atacante actuaba por dentro la mayor parte de los partidos, juntándose así con el goleador Quini en la mediapunta para hacer labores de nexo entre el centro del campo y la delantera. En ese papel de hombre de banda interiorizado, la Eurocopa la inició Dani y luego jugó Juanito, quien con sus acciones se convirtió en el mejor español del torneo, mérito a compartir con Zamora y Arconada.
Determinados usos de Kubala fueron rechazados por periodistas de la época que seguían los avances de la Selección. En 'El País', Juan José Paradines escribió que el equipo no tenía “basamentos profundos, ni en los hombres que se utilizan ni en los sistemas que se siguen. Kubala renuncia a las características de cada jugador y de ahí que las habilidades que cada uno luce en su club desaparezcan en cuanto forma parte de la selección. Quini -'Pichichi' de la Liga- es un alma en pena en el equipo nacional, juega de volante sin libertad de movimientos para hacer su juego, y no corta en el centro y llega tarde al remate. A Santillana no le propician el juego aéreo, único en el que se defiende ventajosamente”. Cuando sistemáticamente Dani o Juanito abandonaban el costado, las bandas eran asaltadas por Gordillo y Tendillo o Uría desde los laterales respectivos. Pero dada la precipitación en los ataques españoles, pocas veces se podía aprovechar su influencia por los costados.
Pese al análisis algo reduccionista de Paradines tanto de las características como de las funciones asignadas a cada jugador, era cierto que la Selección Española no potenciaba los centros laterales tanto como debiera, al tener entre sus delanteros a dos de los cabeceadores dominantes a nivel europeo. A causa de esta carencia de centros, el vasco Satrústegui inició el torneo como titular por delante de Santillana, para aprovechar su capacidad pulmonar y valía en el desmarque de ruptura. El de la Real llegó tras hacer 17 goles en Liga; el del Madrid, 23. Si algo sobraba en aquella Selección era virtud goleadora, aunque los números digan lo contrario.
Las rivales de la Selección Española en la fase final fueron la Italia dirigida por Bearzot, que con un bloque similar ganaría el Mundial dos años después, la Selección Belga de Guy Thys, a la postre subcampeona europea, y la Inglaterra de Greenwood, un equipo que pretendía jugar el balón como pocas selecciones británicas en la historia, pero al que los resultados no acompañaron.
En el Grupo A estaban Alemania Federal, Checoslovaquia, Países Bajos y Grecia, que finalizaron en ese orden de clasificación. Fue una Eurocopa donde la nota negativa estuvo en las gradas, con escasos aficionados excepto cuando jugaban los locales o la final.
España abrió el torneo contra la 'Azzurra' el 12 de junio de 1980, en el estadio Giuseppe Meazza de Milán. Para tapar a Antognoni, que ejercía de regista en el 4-4-2 italiano, Kubala hizo que Zamora se retrasase a zona de volantes para ayudar a Asensi, que a sus 31 años no tenía la capacidad física que le había sido característica. Atrás, Alexanco fue el líbero toda vez que Migueli y Tendillo se ocuparon de los atacantes Graziani y Bettega, con Gordillo más liberado para subir en el lateral izquierdo.
Italia llevó la iniciativa y España no presionó en su zona media. En el minuto 3, Bettega tuvo la primera ocasión, mandando alto un chut tras ejecutar media vuelta sobre su eje en el área. Cinco minutos después, Antognoni tiró lejano por encima del larguero de Arconada. Italia era mejor, pero le fue anulado un gol a España en el 12', cuando Satrústegui mandó dentro el rechace de una jugada en el área entre Alexanco y Oriali.
La réplica llegó al minuto siguiente. A la salida de un córner, Tardelli remato fuera de cabeza en el segundo palo. Al cuarto de hora, otro tiro lejano de Oriali salió cruzado. Todas las ocasiones eran italianas. Alrededor de la media hora, Antognoni asistió en diagonal a espaldas de la zaga española, donde se incorporaba Gentile; su remate de cabeza lo paró abajo Arconada. Justo antes del descanso, hubo un posible penalti a Graziani, muy protestado por este al colegiado Paloti. El delantero quebró a Arconada y, a su juicio, fue derribado por Gordillo.
La segunda parte siguió con la misma tónica. Juanito ingresó por Dani y tuvo tiempo de lanzar una falta al poste. Italia dispuso de más ocasiones, pero el empate a cero se mantuvo durante los noventa minutos. Dado el gol anulado, el tiro al palo y el resultado contra los anfitriones, la prensa fue benévola con la Selección Española, leyéndose asertos como que “España jugando más y mejor que Italia no ganó”.
La Selección Belga usaba la trampa del fuera de juego como ninguna otra nación en una época donde ese arte se explotaba poco, debido al riesgo que suponía. Fueron más de diez infracciones las cometidas por los jugadores de España aquella tarde del 15 de junio en Milán. “Los belgas ya usaron la táctica del fuera de juego contra los ingleses, lo que les valió un punto muy importante. Imagino que Kubala ha tomado buena nota de ella, para contrarrestarla”, avisó el comentarista de 'Teledeporte'. Principalmente a causa de esa táctica, Bélgica se impuso a España.
La única variación del XI español fue la entrada de Juanito por Dani. Los belgas repitieron el equipo que había empatado contra Inglaterra en la víspera, con el mediapunta Ceulemans y el extremo derecha Van der Elst como atacantes decisivos. Puesto que contaba con un centrocampista más que España, la primera parte Bélgica combinó por dentro con Van Moer, Vandereycken y Cools, además de las incorporaciones de los centrales Millecamps y Meeuws según la jugada demandase. El balón fue suyo tanto en corto como en largo, donde los envíos encontraban a Ceulemans con relativa facilidad. Cada balón bajado o corrido por el '11' belga era una estampida creada por él mismo.
Pese al dominio, nuevamente España marcó primero y le anularon el gol por fuera de juego. Un centro de Quini lo alojó en la red Satrústegui, sin apreciarse infracción alguna en la acción ofensiva. Cumplido el cuarto de hora, una subida de Meews por el carril central, aprovechando la nula presión española, acabó en una pared con el ariete Vandenbergh que el central cedió a Gerets, incorporado al unísono desde el lateral derecho. Su disparo, raso y potente, batió a Arconada. Bélgica se puso 1-0.
Una acción trenzada entre los tres atacantes belgas supuso otra ocasión pasada la media hora, con Vandenbergh chutando fuera por poco. Entonces empató España en el minuto 36. Una falta lateral fue puesta por Juanito en la cabeza de Quini, quien elevándose sobre Renquin mandó el balón al palo largo, por encima de Pfaff.
El capitán Asensi llegó tocado, y en el 37'entró Del Bosque por él. Su influencia como mediocentro organizador se sintió desde el primer momento. España mejoró con el del Madrid sobre el césped, moviendo el balón de un lado a otro bajo la mirada de Kubala y su ayudante Pereda desde el banquillo. Gordillo adelantó su posición y tuvo también mayor influencia en la mitad de campo rival. Aun con ello, Bélgica se hubiese ido con ventaja al descanso de no ser por Arconada. Una falta de Tendillo a Ceulemans fue lanzada por Vandereycken justo al ángulo superior izquierdo de la meta española, y el portero de la Real Sociedad realizó una estirada felina.
En la reanudación, España mejoró. Satrústegui tuvo una ocasión en el 50' que hubiese sido clara si su chut hubiera llevado potencia. Dos minutos después, un pase de Juanito a Quini fue incomprensiblemente errado por el asturiano, que disparó fuerte junto al palo derecho de Pfaff. En el 19' de la segunda un fuera de juego de Juanito se convirtió en el 2-1 belga. El rápido saque hacia la banda derecha fue aprovechado por Ceulemans para centrar, el mal despeje de Del Bosque y el resbalón de Migueli permitieron que la pelota llegase al segundo palo, donde Cools fusiló. Cinco minutos después, Arconada detuvo con el pie otra clarísima de Van der Elst.
Carrasco entró por Tendillo y España pasó a jugar con casi todos al ataque, pero el resultado no se movió. Arconada tuvo que sacar otra en el último minuto del partido. España había perdido y solo tenía posibilidades de alcanzar el partido del tercer y cuarto puesto.
Inglaterra perdió a su vez contra Italia, por lo que también estaba fuera de la lucha por la Eurocopa. El partido contra España se jugó en San Paolo, estadio de la ciudad de Nápoles. El árbitro fue Linemayer, quien anuló dos tantos a los españoles.
España pasó al 5-2-1-2, con Gordillo y Uría como carrileros, Olmo en lugar de Migueli, Cundi marcando hombre a hombre a Keegan y Cardeñosa de enganche, en lugar de Quini. Arriba, Santillana jugó por Satrústegui. Por la Selección Inglesa, Greenwood formó en 4-4-2 con línea defensiva en zona y un rombo en el centro del campo para que el rival viese el balón lo justo. Wilkins, McDermott a su derecha, Brooking a la izquierda y el joven Hoddle enlanzando con el crack británico y el ariete Woodcock.
El ritmo de partido fue bajo, con Inglaterra con el dominio de la posesión. La primera oportunidad llegó en el 19' y fue gol. Un centro bombeado al área lo ganó Wilkins de cabeza, el balón cayó a los pies de un Brooking que, tras aparecer desatendido en el segundo palo, marcó.
Con solo dos delanteros en España, Juanito jugó más liberado por todo el frente de ataque. En el lateral derecho, Viv Anderson, primer jugador de color en ser internacional absoluto con Inglaterra, lo pasó mal debido a ello. A la media hora, Santillana convirtió un pase largo de sus defensores en una jugada de gol, sorteando al central Watson con dos toques de cabeza para enviar alto el chut dentro del área. En el minuto 34', Zamora rompió el fuera de juego adelantado de Inglaterra para, acto seguido, ser derribado por Clemence en el borde del área. La falta la falló Cardeñosa. Poco después, Wilkins tuvo otra tras quebrar a Uría, que detuvo Arconada.
Para la segunda mitad, accedieron Dani y Carrasco por Juanito y Cardeñosa, pasando a un esquema con tres delanteros. En el 46', el portero español tuvo que despejar un remate de Keegan, a quien Cundi marcó bien durante casi todo el partido. Y dos minutos después, empató España de penalti. Tras una pared con Santillana, la transición de Zamora acabó en un caño de este a Anderson y Clemence cometiendo penalti. Con su clásica paradiña, Dani tiró a la izquierda del arquero e hizo el 1-1.
Diez minutos después, otro penalti, esta vez de Watson a Saura, fue lanzado por Dani. Lo mandó dentro calcado al anterior, pero el colegiado dictó repetirlo sin que se apreciara por qué razón. En el segundo intentó, Dani cambió de lado y Clemence lo detuvo. Enn el minuto 61, en un córner ensayado por Inglaterra, fue el 2-1 definitivo.
El saque lo hizo Brooking hacia el balcón del área, donde esperaba McDermott para volear. El potente chut fue repelido por Arconada, pero Woodtock remachó a gol.
Zamora pudo empatar poco después, pero Clemence lo evitó. El volante de la Real Sociedad fue el mejor del partido. Linemayer anuló un segundo gol antes de la media hora de la segunda parte. Zamora se fue de Anderson y su centró lo mandó Dani al interior de la portería, después de sortear a Mills y tirar con la zurda al palo largo. Pitó fuera de juego. Entró Mariner como punta. Keegan tuvo otra clara para aumentar la diferencia, pero Arconada se la sacó a bocajarro. El partido terminó y España fue última de grupo.
“En la Eurocopa nos ha faltado suerte, se debió ganar el primer partido a Italia y el último, frente a Inglaterra. Me voy contento por el magnífico comportamiento de todos los jugadores que he tenido estos años. Desde Iribar a Tendillo”, fueron las últimas declaraciones del seleccionador. Santamaría, que había sido encargado de las inferiores, se hizo con el puesto para el Mundial de España 1982.
May 28, 2021