Las finales es lo que tienen. Las dos caras del deporte. Porque no siempre pueden ganar los dos. Ucrania soñó con estar en el Mundial de Catar para darle a su gente una alegría a su gente entre tantos días de tristeza y de horror por la invasión rusa y no pudo, pero no fue porque no lo intentaran.
Los ucranianos se marcharon del encuentro con hasta 24 disparos en total -nueve a puerta y 15 fuera-, lo que dejó claro que Gales aguantó como pudo y con todo lo que pudo, además de que Hennessey tuvo el día. Eso sí, Gales también tuvo alguna que otra oportunidad de sentenciar a Ucrania.
El partido tuvo la tensión digna de lo que estaba en juego. Esa pelea por el ansiado billete al Mundial de Rusia comenzó con un disparo de Yaremchuk cruzado y una Ucrania de lo más insistente y controladora.
Karavaev remató al aire un centro de Zinchenko y desde pronto comenzó a perdonar Ucrania. Antes, Zinchenko quiso ser el más listo de la clase al sacar una falta muy rápidamente y meter gol, si bien Mateu Lahoz lo anuló porque no había echado ni el 'sprite' para la barrera. Los frutos de la necesidad y el deseo.
Poco después de la media hora, Gales se adelantó en el marcador con una especie de regalo de Ucrania. Bale disparó con el corazón a balón parado, Yarmolenko metió la cabeza y el cuero acabó dentro de la portería.
Pero la primera parte no iba a acabar con esta jugada, sino con polémica. El VAR revisó una jugada a la que Mateu Lahoz dijo que no había penalti alguno cuando las cámaras recogieron una patada de Allen a Yarmolenko cuando este iba a despejar. Ucrania se quejó porque vieron una pena máxima muy clara para un posible empate que luego lamentaría.
En la segunda mitad continuó el mismo ritmo y se agitaron los árboles. Ramsey falló casi en boca de gol y Hennessey le negó el empate a Ucrania al despejar lo que fue un remate forzado de Tsygankov. Luego, Bushchan tuvo que meter reaccionar a un despeje que se envenenó y que a punto estuvo de colarse tras caer llovido del cielo.
Buschan continuó con el muro en Ucrania. Williams llevó un balón a la madera y Bale estuvo cerca de ser el gran héroe de la tarde de no ser porque su volea la despejó una fuerte mano abajo del meta ucraniano.
Cuando Bale se marchó ovacionado, Dovbyk saltó más que nadie y obligó a Hennessey a volar hacia lo que era un gol cantado. El meta galés le echó el cerrojo a la portería y fue un superhéroe sin capa.
Ucrania puso toda la carne en el asador y fue contra Gales con todo el alma para intentar estar en un Mundial que sí pisará Gales.