El triunfo del Barcelona ante la SD Huesca fue un tanto extraño. Los 'culés' controlaron el partido a su antojo, pero volvieron a estar tremendamente desacertados de cara a gol.
Una inexplicable falta de puntería por nervios o por la presión que a punto estuvo de costarles el partido al final. Por suerte, los cambios defensivos de Koeman ayudaron y el Barça pudo marcharse de El Alcoraz con tres puntos que nunca debieron estar en duda por el rendimiento ofrecido.
El partido dejó un regusto amargo en Antoine Griezmann. En un equipo sin Ansu Fati o Coutinho, el atacante galo ni tan siquiera logró ser titular. Ya le ocurrió contra el Valladolid, cuando el Barça cuajó uno de sus partidos más serios de los últimos meses, y repitió suplencia en Huesca.
Martin Braithwaite le ha comido la tostada. Y es extraño, pues el rendimiento del punta danés también ha ido a menos con el paso de las semanas. En diez exiguos minutos se quedó el contador de Griezmann en El Alcoraz y, por supuesto, el galo se fue de vacío.
Apenas lleva cinco tantos en 17 partidos, unos números que están a años luz de los que acostumbraba a firmar como 'colchonero' y que también están muy alejados de los ofrecidos en su primera campaña como 'culé'. Que, dicho sea de paso, tampoco fue buena.
Pero, pese a que Koeman fue lapidario con el galo -"Tenemos que elegir entre Martin o Antoine de punta y Martin lo ha hecho bien"-, lo cierto es que los discretos partidos que ha ofrecido Braithwaite, con penalti fallado y encuentro para olvidar en Huesca, mantienen abierta la lucha por un puesto en el once del Barça como delantero centro. Ese en el que Griezmann se ha sentido perdido cada vez que ha tenido que jugar.