El Leicester City se ha propuesto volver a animar la Premier League. Mirando la clasificación, uno podría deducir que el conjunto británico se encuentra entre los más regulares del campeonato en este inicio de temporada. Segundos clasificados, a un punto del Liverpool de Jürgen Klopp, los 'foxes' siguen reivindicando su derecho a soñar con alzar de nuevo el título doméstico.
Pero la buena marcha del equipo de Brendan Rodgers no deja de ser un signo de los tiempos convulsos que nos ha tocado vivir. Basta comparar sus registros en el King Power Stadium, donde suman tres puntos de nueve posibles y una diferencia negativa de dos goles, con el pleno de victorias que amasan lejos de casa: cuatro de cuatro. La media inglesa, pero a la inversa.
La prolongada ausencia de público ha hecho saltar el factor cancha por los aires en las grandes ligas europeas, pero no deja de llamar la atención que uno de los candidatos a complicarle la reválida a los de Klopp se muestre tan sólido en estadio ajeno. Especialmente reseñable es el caso de Jamie Vardy, un huésped despiadado. Todos sus goles hasta la fecha, los siete, los ha anotado a domicilio.
Su 'hat trick' ante el Manchester City en la tercera jornada del torneo estuvo precedido de un doblete en la primera frente al West Bromwich (0-3), así que logró cinco 'chicharros' en apenas 265 minutos. Tampoco faltó a su cita con el 'Big Six' en Londres, donde marcó el gol de la victoria ante el Arsenal de Mikel Arteta (0-1), ni dejó pasar la ocasión de sentenciar la goleada en Elland Road (1-4).
Al contrario que en el King Power Stadium, el Leicester ostenta una diferencia positiva de diez goles hasta la fecha en su faceta de visitante, gracias en buena parte al futbolista más icónico de su historia reciente, si no de su existencia. El 42,9% de sus tantos en lo que va de campeonato (3), de hecho, han servido para equilibrar la balanza o adelantar a los 'foxes' en el marcador, a lo que hay que sumar una asistencia.
Cuando Jamie Vardy marca, el Leicester City gana. Al menos, en lo que va de temporada. Solo le falta reconciliarse con el gol en casa, poner las cosas en orden en su terreno, para dotar de mayor seriedad la candidatura 'blue'.