Joao Félix, arma letal, crucial y un desquicio para el Atleti

Todas las miradas de este apasionante Barcelona-Atlético de Madrid estuvieron centradas en Joao Félix. Protagonista a lo largo de toda la semana, pero arma letal y crucial para Xavi en una auténtica batalla donde fue el mejor de los guerreros en la victoria azulgrana.

El atacante portugués jugó con una motivación extra y eso se le pudo notar desde el minuto 1. Se mostró muy participativo, no se escondió y pidió la pelota constantemente en su intento de generar peligro.

Sin duda, los defensores del Atlético no le iban a dejar jugar a su antojo. Rápidamente, Giménez se convirtió en su pareja de baile y pugnó con él durante toda la noche. De hecho, tuvieron sus más y sus menos, con manotazos y una presión continua, recordando a aquellas imágenes vividas en el Mundial de Catar con sus selecciones.

El dominio del conjunto azulgrana era evidente y los rojiblancos sufrieron. Por si esto fuera poco, el desparpajo del '14' siguió pasando factura a los jugadores visitantes, forzando incluso alguna que otra amarilla. No obstante, su gran momento aún estaba por llegar.

Al filo de la media hora y tras un error por parte del Atleti, Joao Félix tuvo su momento de gloria con el gol. Raphinha le entregó la pelota al hueco y el luso, lejos de ponerse nervioso, sacó a relucir toda su calidad con una picadita sublime sobre Oblak y el 1-0 subió al marcador. Y sí, lo celebró sin reparo y puso el punto de morbo ante su ex equipo en lo que fue su auténtica consagración con un partido, hasta el momento, perfecto.

Si alguien pensaba que el portugués se iba a arrugar en los segundos 45 minutos, estuvo totalmente equivocado. Siguió siendo el auténtico azote de una zaga rojiblanca totalmente desquiciada y que solo encontró la forma de detenerlo a través de la falta.

De hecho, lo primero que hizo fue forzar la amarilla de Azpilicueta, que solo llevaba dos minutos en el campo. Una nueva pareja de baile y otro duelo garantizado de tensión, pugnas y polémica sin fin. Eso sí, la defensa 'colchonera' estuvo más atenta que en la primera parte y reforzó las marcas sobre el internacional con Portugal.

Joao Félix siguió generando peligro, pero con menor frecuencia que en la primera parte. Apenas un disparo desde la frontal que se fue muy desviado de la portería defendida por Oblak. Su partido, y obra de arte, terminó en el minuto 77, cuando Xavi Hernández decidió sustituirlo y se llevó la ovación de todo el estadio de Montjuïc en un día que, con casi total seguridad, recordará por mucho tiempo.