El Real Madrid tiró de pegada para tumbar al Zaragoza, que intentó por activa y por pasiva un gol de la honra que no llegó. Los blancos están en un momento idoneo tras tocar fondo en Mallorca hace tres meses con futbolistas en plena reivindicación.
Nacho, Lucas Vázquez, Vinicius o Brahim son nombres que salen reforzados del encuentro en La Romareda y de las últimas semanas. Sin embargo, pese a otra oportunidad, la otra cara de la moneda volvió a ser Luka Jovic.
El delantero serbio se quedó un día más sin ver puerta y ya fueron 91. Jovic marcó su primer y último gol como madridista el 30 de octubre, en la goleada por 5-0 al Leganés en el Santiago Bernabéu.
Frente al Zaragoza, los gestos del delantero fueron elocuentes sobre su estado. En una acción de remate franco fue Lucas Vázquez quien le recriminó que no fuera a cuchillo, a lo que respondió con resignación. Poco después se lamentaba por un centro dirigido al segundo palo y no hacia él.
Aunque se le recrimina falta de expresividad e intensidad, estas acciones puntuales hablan del probable momento de ansiedad que atraviesa el delantero, por el que el Real Madrid pagó nada menos que 60 millones de euros.
Zinedine Zidane sacó al atacante en el minuto 73, justo después del 0-3, obra de Vinicius, para meter a Karim Benzema. El francés, con un hambre atroz esta temporada (ya lleva 17 goles), fue el encargado de redondear la goleada con el 0-4.
Tras el pitido final, Jovic abandonaba el terreno de juego cabizbajo cuando llegó Zidane para estrecharle la mano en un gesto de aprobación. El técnico ha pedido una y otra vez paciencia con el serbio, al que intenta mimar para que saque lo mejor de él.
"Me gustaría que marcase por él, pero llegará si sigue trabajando. Es joven, acaba de llegar y lo bueno es que está en un equipo en el que hay muchos jugadores importantes y se tiene que adaptar. Este momento delicado le vendrá bien para cuando marque todo cambie", decía el técnico sobre su pupilo.
La campaña anterior, Jovic hizo nada menos que 27 goles en 48 partidos con el Eintracht de Frankfurt. En Madrid tardó más de dos meses en estrenarse como anotador y suma ya tres sin volver a marcar. Zidane se lo toma con calma... por ahora.