Con 0-1 en el marcador, obra de Oxlade-Chamberlain a los tres minutos, Firmino sacó su lado 'fantasista' ante un Genk que capeaba el temporal 'red' como podía.
Firmino es un delantero total más proclive a la asistencia que al gol. Así son los genios. A Mané lo dejó solo frente al portero con una acción a la altura de pocos jugadores: ¡con una rabona!
Mané recibió en la frontal, la cedió al brasileño y éste le devolvió la pelota envuelta en seda y celofán: Firmino devolvió la bola con una asistencia de rabona, un toque tan sutil como venenoso.
Pero su compañero senegalés se topó con el portero rival Coucke y lo que habría sido el gol de la noche quedó en una oportunidad fallada. Al menos Firmino firmó un pase para el recuerdo.