La derrota ante el Celta puso punto final a las opciones ligueras de un FC Barcelona que, por segunda temporada consecutiva, llegará a la última jornada sin opciones de pelear por el título de la regularidad.
Algo que parecía lógico cuando a finales del pasado año marchaba a más de diez puntos del Atlético de Madrid, pero que no tiene explicación si se pone la vista hace solo cinco duelos.
Y es que el 29 de abril, el Barça recibía al Granada en el Camp Nou con la posibilidad de colocarse como líder en solitario de la competición, pero todo saltó por los aires en el coliseo azulgrana.
El 1-2 del cuadro nazarí dinamitó el estado de ánimo de un equipo azulgrana que, desde entonces, ha sido un equipo desfondado y sin alma que no ha parado de pinchar hasta decir adiós al título.
Contando esa derrota, el Barça de Ronald Koeman solo ha sido capaz de sumar cinco puntos en cinco jornadas, fruto de un triunfo ante el Valencia (2-3), dos empates ante Atleti (0-0) y Levante (3-3) y las derrotas ante Granada (1-2) y Celta (1-2).
Unos números más propios de un equipo que pelea por no descender que de un aspirante al título que se despidió del mismo de la manera más triste posible.