El joven atacante francés empieza a demostrar lo que en su día la dirección deportiva del Barcelona vio en él para realizar el astronómico desembolso que hizo el club por el futbolista.
Y es que Dembélé ha dado señas más que claras en este inicio de temporada de lo que puede ser y aportar al equipo dirigido por Ernesto Valverde.
En la Supercopa de España fue de los mejores del equipo y anotó un auténtico golazo que le dio el título al conjunto azulgrana. Ahora, ante el Alavés en el estreno liguero, confirmó esas sensaciones.
El galo volvió a cuajar un buen partido ante los vitorianos, mostrando su habitual velocidad, desborde y asociándose bastante mejor con sus compañeros, aunque le faltó el gol para culminar su actuación.
Aún así, a Dembélé se le ve y se le nota distinto sobre el campo. La temporada pasada, tras sufrir mucho con una lesión al inicio de la misma, se podía ver a un Dembélé melancólico e incluso algo inadaptado.
Pero la situación ha dado un giro de 180 grados y el francés rezuma confianza y sabe que dando su nivel muy probablemente sea titular indiscutible, sobre todo intuyendo que Valverde utilizará este año el 4-3-3 como esquema principal.
Ahora todo queda en manos de Dembélé, que ve cómo tiene todo de cara para brillar en la Ciudad Condal tras afrontar una época con la sombra del traspaso o la cesión a sus espaldas.